LA DIASPORA DEL 46
Llegaba a su fin el año 46, gobernaba el país convulsionado por una agitación incontrolada, don José Luis Bustamante y Rivero elegido Presidente Constitucional del Perú el año anterior en unas jornadas electorales impecables. El Perú estaba pasando por el doloroso trance de aprender a vivir en democracia, en libertad. El Apra que había formado parte del Frente Democrático que eligió , a Bustamante empezó su silenciosa labor de copamiento del aparato estatal para ponerlo a su servicio. En la Universidad Nacional Mayor de San Marcos había sido elegido Rector don Luis Alberto Sánchez y Sánchez diputado nacional y líder del PAP. En el gabinete ministerial presidido por Rafael Belaunde estaba como Ministro de Guerra el General José del Carmen Marín, todos nos alegramos por el ascenso de nuestro ex-Director y por su designación como Ministro: El Teniente Coronel Juan Mendoza Rodríguez reemplazó a Marín en la dirección del Colegio y ese año éramos ya cerca de mil alumnos con el ingreso de la segunda y tercera promoción. Íbamos a decirle ¡Adiós! a nuestro querido colegio; en sus muros quedaban los recuerdos de tres años inolvidables, vividos intensamente en cada minuto de nuestra permanencia, en el CMLP.
Hemos vivido intensas jornadas educativas, nuestra mente ha estado abierta al conocimiento, la reflexión y el análisis, casi todos hemos crecido y desarrollado armónicamente, yo he ganado unos buenos 30 centímetros de talla y el deporte ha templado mi espíritu y fortalecido mi cuerpo, al igual que las marchas, maniobras y desplazamientos militares. Los propósitos que nos trajeron desde los más apartados rincones del país se han cumplido. Hemos tenido el privilegio de ser los primeros, los fundadores y con nosotros se han esmerado todos, jefes, oficiales, maestros, sub-oficiales, médicos, empleados. Han sido tres años compartiendo inquietudes y esperanzas, sueños y realidades, alegrías y también tristezas, como las que sentimos cuando murió Crovetto o cuando sacaron del colegio por bajo rendimiento a Navach, Mendiola, Chueca y otros más. Ahora llegan a su fin las competencias, el estudio intensivo para lograr un puesto en el cuadro de honor, para tener el cordón rojo de distinguido o el oro y grana del de honor, la suma de esfuerzos de la sección para ganar el gallardete o el sudar la camiseta para ser los mejores en deportes, en fin toda esa diaria actividad preparándonos y capacitándonos para al final vislumbrar un futuro prometedor. Los maestros e instructores fueron lo mejor que tenía el país y la obra educativa, formadora e integradora tocó a su fin, somos un sólido núcleo leonciopradino que está unido fraternalmente por la convivencia diaria de más de tres años que nos mostró tal cual éramos, con grandezas y miserias, con humildad y arrogancia, con seguridad y también con temor frente al reto del diario vivir, con orden, disciplina y también con un elevado sentido ético. La Primera Promoción culminó su etapa estudiantil, su educación secundaria y pronto colgará el uniforme para siempre, muchos nos integraremos a la vida civil en busca de la formación profesional que nos garantizará un lugar para trabajar por el desarrollo del país. La diáspora juvenil del 46 nos diseminó por todos los caminos de la patria y al darnos el postrer abrazo, el de la despedida definitiva nos alejamos para siempre del viejo y querido local donde funcionó la guardia chalaca y ahora alberga al CMLP. Días antes tuvimos una fiesta inolvidable en el Círculo Militar de la Plaza San Martín, la ansiada fiesta de promoción en la que se nos permitió algunos brindis con oficiales y maestros y bailar y beber hasta el agotamiento. Las dianas y toques de silencio, las llamadas a rancho y las formaciones quedaron atrás, se ataron y sellaron amistades y todos firmamos el pacto no escrito de cultivar una amistad fraterna y sincera, que fuera más allá de los años y del tiempo y que ahora nos convoca, como nos ha convocado periódicamente durante estos cincuenta años de reencuentro y recuerdo. Cada quien tomó el camino que le señaló la vida, esos trazos invisibles que muchas veces superan nuestros deseos y voluntades.
El Decreto Supremo de creación del Colegio Militar disponía en uno de sus acápites resolutivos que los alumnos que obtuvieran los calificativos necesarios para ocupar el primer tercio durante los tres años de estudios, tendrían ingreso libre, sin examen previo a las Escuelas Profesionales de las Fuerzas Armadas y de la Policía.
Decenas de ex-cadetes cifraron sus expectativas en este dispositivo y en gran número optaron por la Escuela Militar de Chorrillos, que era más afín al colegio y con la que siempre mantuvimos una relación cordial y estrecha, tanto que en los desfiles militares, el batallón de cadetes del CMLP marchaba detrás de la Escuela Militar. Estuve entre los que postularon, más una inesperada dolencia frustró mis aspiraciones, no pude aprobar el examen médico de selección y luego de dos o tres días internado regresé a mi casa con la decisión de estudiar medicina para lo que empecé a prepararme a fin de rendir los exámenes de ingreso.
Entre los que se decidieron por Chorrillos estuvieron:
Jorge Acosta Pinto, Felipe Díaz Morales, Florencio Ferreyra Coronel, Miguel Caballero Negri, Jaime Cárdenas. Alva, Gustavo Escudero Oyarce, Max León Acha, Félix Toro Chávez, Gustavo Garrido Vinces, Emilio Ghersi Vargas, Jorge Pereyra Meiggs, Fernando Calonge Oliva, Guillermo Gálvez Cáceres, Miguel Castillo Durand, Felipe Silva Ramírez, Juan Vásquez Bicerra, Wilfredo Melgarejo Torres, Antonio Silva Marín, Jorge Rodríguez Maraví, César Macera Velarde, Germán Ruiz Figueroa, Gonzalo de la Rocha Britto, Alfredo Freeman Pomareda, Alejandro Huarcaya Ayanz, Adolfo Macha Bardales, Gonzalo Casas Lazo, Eduardo Chirinos Quesada, Oscar Fernández Benel, Luis Hurtado Vargas Machuca, Jorge Ciurlizza de la Guarda, Herrman Hamman Carrillo, Reynaldo Agama Lúcar, Felipe Buendía del Coral, Héctor Chumpitazi Calderón, Pedro Barrios Velasco, Edison Amaya Montesinos, Manuel Chauca López, Aníbal Trigoso Puertas, Carlos Vigil Arista, Ernesto Natters Saavedra, Víctor Suazo Luna, Marcial Vicuña O'Phelan, Jorge Ruiz Calderón, Benjamín Enríquez Causillas, César León Neira, Edmundo Rodríguez Torres, Víctor Donaire Borniolli y Ricardo Samplini Pérez.
Los que ingresaron a Chorrillos dieron la nota de distinción y disciplina. La formación militar recibida seguramente les fue de mucho provecho. Los días que estuve internado en Chorrillos fueron de extremada dureza porque tuvimos que resistir en calidad de «perros», que así denomina la jerga castrense a los recién ingresados, las aberrantes y humillantes prácticas del bautizo, y que yo no había tenido oportunidad de experimentar porque fui de los primeros en ingresar al CMLP con los de mi promoción. Esta avanzada leonciopradina en el ejército empezó a escribir un capítulo diferente en sus vidas, en su historia personal, también en el de la Escuela Militar. No se trataba de un conjunto de reclutas, sin conocimientos de la vida militar, todo lo contrario era la élite de la juventud peruana, de cadetes preparados física e intelectualmente para adecuarse fácilmente a la vida militar, y fueron muchos de los más distinguidos los que optaron por la carrera de las armas. En muy poco tiempo los leonciopradinos destacaron nítidamente en la Escuela Militar y fueron dos los que se llevaron las palmas: Gonzalo Casas Lazo y Jorge Pereyra Meiggs quienes becados en la famosa Escuela Militar de West Point en EE.UU., se graduaron como sub-tenientes ocupando los primeros puestos de su promoción, caso único en la famosa escuela americana. Gonzalo Casas Lazo y Jorge Pereyra tenían un gran futuro en el Ejército, sin embargo con el grado de Capitán se retiraron para dedicarse a actividades civiles, uno como Ingeniero y el otro en el campo de la Administración de Empresas. Gonzalo trabajó en la Cerro de Paseo Copper Corporation, en el centro metalúrgico de la Oroya en el Departamento de Junín y en las elecciones de 1962 fue candidato a diputado por la Unión Odriísta resultando elegido. El golpe militar del 62 impidió que fuera parlamentario. Pereyra trabajó en Petroperú donde alcanzó cargo gerencial. De esta promoción también fueron Acosta Pinto que egresó con la Espada de Honor de su promoción y Díaz Morales el 2do. lugar, ellos igualmente dejaron las filas castrenses para dedicarse a actividades públicas y privadas. Acosta llegó a Presidente de Siderperú y Díaz a Vice-Ministro de Transportes. De los que quedaron en el Ejército, Germán Ruiz Figueroa llegó a Comandante General del Ejército.
A la Escuela Naval de la Punta habían ingresado cuando aún eran cadetes del CMLP, Gustavo Madueño y Armando Reátegui Canga quien estudió en la Escuela Naval de Annapolis (USA). El 47 fueron admitidos como cadetes navales Ciro Saravia, Armando Mazzotti Pretell, Jorge Andrade Gazzo, Fernando Burga Tello, Javier Costa Spirgatis, Alfonso Castillo Jordán, Mario Pardón Velezmoro y Guillermo Abadía Martínez. De estos culminaron como oficiales navales Madueño, Reátegui, Saravia, Mazzotti, Andrade, Burga, Castillo. Los otros abandonaron la carrera, Costa se hizo agrónomo.
A la FAP, Escuela Aeronáutica del Perú ingresaron Salvador Barrios Eléspuru, Juan Paredes Carrasco, Carlos Arias Grazziani, Jorge Bahamonde, Javier Ronceros Caballero, Gustavo Cornejo Menacho, José Herrera Gamarra. Luis Deza Subauste y Mario Ruiz de Somocurcio Seguín. Graduados como oficiales fallecie-ron en acción de Servicios Lucho Deza y José Herrera Gamarra. Cuando la revolución velasquista participaron en el gobierno en el Ministerio de Salud Salvador Barrios Eléspuru y en el de Comercio Juan Paredes Carrasco, ambos llegaron al grado de Generales de la FAP, al igual que Carlos Arias Grazziani quien desempeñó el cargo de Director del Servicio Aerofotográfico y Jefe del Sistema de Defensa Civil.
En la Escuela Nacional de Policía también estudiaron para oficiales de la Benemérita Guardia Civil: Marcelo Passano Nieto, José Suárez Roig, José Valdivia T., Alberto Vila Serpa, Mario García Sayán, Miguel León Pizarro, Carlos Rivera Santander, Julio Santander Bueno. Nadie quiso ser PIP, nunca tuvo mucho predicamento el soplonaje en el CMLP entre los de la primera promoción, más tarde hay algunos que hasta Generales han llegado. San Marcos, la cuatricentenaria universidad peruana recibió un elevado número de leonciopradinos. Frustrado mi ingreso a la Escuela Militar, me preparé en una Academia Pre-Universitaria cuyo Director era el dirigente estudiantil César Cruz Saco, para postular a la Facultad de Medicina. Mi hermano Efraín que había culminado sus estudios en la Gran Unidad Escolar Pedro A. Labarthe postulaba a la Facultad de Química. Nuevamente estábamos juntos como postulantes, esta vez en busca de una profesión. Los exámenes eran orales y escritos, de letras y ciencias, pruebas psicotécnicas y exámenes médicos. Grande fue mi sorpresa cuando al ser llamado para el examen oral de letras, presidía el jurado don Julio Chiriboga, nuestro querido Director de Estudios, el maestro que llegó al CMLP en reemplazo de Manuel Velasco Alvarado. Para la Facultad de Ciencias a fin de estudiar Pre-médicas postularon e ingresaron José Arana Sialer, Walter Palomino Rodríguez, Raúl Peña Cabrera que después pasó a estudiar Derecho, Armando Myrick Velásquez, Carlos Rojas Marinovich, Félix Urquizo Cazorla, Oscar Montoya Gálvez, Jesús Novoa Becerra, Víctor Rodríguez Angulo y Jorge Cardeña C. A la Universidad del Plata a estudiar medicina se marchó Alfredo Parodi Dupont.
A la Facultad de Letras para estudiar posteriormente derecho ingresaron Luis Alvarado Contreras, Carlos Quiroz Rivas, Roberto Mac Lean Ugarteche y Oscar Salas; a Ciencias Económicas para ser Contadores Públicos Juan Carrión, Claudio Mendezú Arcia, Luis Valdivieso Ocampo, Lucio Gálvez Huaroc, Luis Ravines García, Roberto Gavilano Gutiérrez, Germán Arenas Reaño.
A letras Manuel Escorza Torres, José Castro de los Ríos y Jorge Melgar Saavedra. En el grupo de los que postularon para ser dentistas estuvieron Juan Coz Leno, cuyo padre era profesor de la Facultad de Odontología y asimilado a la Guardia Civil y a quien nunca más vimos en nuestras fraternales reuniones anuales; Carlos Portocarrero Rubio, que llegó a dentista, según Hugo Brignetti por razones pragmáticas. Él quería ser ingeniero, pero de matemáticas no sabía ni el O por redondo. Antes de salir del colegio, Hugo con un sentido práctico que le desconocía le -dijo- No seas bruto cómo vas a ser ingeniero si tú no puedes con las matemáticas, vamos a estudiar para dentistas, sacar muelas es lo más fácil del mundo y con que nos saquemos unas tres o cuatro muelas diarias, podemos llegar a ricos. Portocarrero estudió Odontología, Hugo se dedicó a los negocios, le fue muy bien, es socio del Regatas, bebe vodka Stonishlaya y es próspero agente de aduanas; Pedro Cabredo Ríos, el piurano; Raúl Granados Aybar, el iqueño, Oscar Paredes Rodríguez, huancaíno y yo, terminamos estudiando Odontología y mi hermano Efraín, medicina. El país ganó con el cambio, pues Efraín es uno de los más destacados psiquiatras a nivel internacional. Ejerce en Houston como profesor de Psiquiatría en la Universidad de Texas y es catedrático honorario de muchas Universidades de América y Europa.
Estudiaron Química Industrial, Héctor Ugarte Chamorro y Atilio Brignetti Lozada y Geología, Hugo Ancieta Caledrón, José Zegarra Ciqueiro y Jorge Rodríguez Sawao, todos de brillante trayectoria profesional, el primero en Venezuela y José que llegó a Gerente General de PetroPerú, Rodríguez Sawao murió joven.
A la antigua Escuela de Agronomía de La Molina ingresaron Luis Cueto Aragon, Wilfredo Salhuana Mac Kee, Víctor Guardia Mayorga, Eloy Ureta y Ureta, Vicente Patt Denegri, Matías Reyes Valdivieso, Orlando Ibarra, Ricardo Saldarriaga, Héctor Jaime Jaime y Luis Mariátegui Alvizuri
A la Escuela de Ingenieros, hoy Universidad Nacional de Ingeniería; Mario Shepperd Pera, Guillermo Noriega Ballester, Hugo Menéndez Reinoso, Armando de la Flor Vargas, Miguel Morales Alvarez, Francisco Zubiaga, Juan Coriat, Humberto Estrada Gómez Sánchez, Luis Morales Jaramillo, Pablo Castro Colina, Elmer Vidal Dávila, Carlos Sánchez Mateus, Carlos Rodríguez Ponce, José Yábar Torres, Edmundo Chávez Carbajaly Luis Villar Igreda.
Educación fue la carrera escogida por Oscar Franco Llague, César Olea Terry, José Vivas Gómez y Jorge Mosquito Salcedo.
Artes Publicitarias escogió Arturo Torres y Veterinaria, Carlos Llúncor Escudero y Luis Jaimes Castañeda. Para cura en un convento de Arequipa se recluyó René Zenteno Corrales.
La diáspora nos distribuyó por todos estos caminos, hay otros que prefirieron empezar a trabajar y producir, más de uno recaló en el periodismo y también hay, pocos por fortuna, quienes no arribaron a nada por diferentes avatares de la vida.
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