lunes, 21 de enero de 2019

INTANGIBLE VALIOSO: EL COMPROMISO

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INTANGIBLE VALIOSO: EL COMPROMISO
Por:
Jorge a. Villavicencio Araníbar
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“Para embarcarse en el viaje hacia tus metas y sueños, se requiere valentía. Permanecer en ese camino, requiere valentía. El puente que une a los dos es el compromiso.” (Steve Maraboli)
Estuve revisando información sobre la complejidad que tienen hoy en día, las áreas de recursos humanos, gestión de talento y otras; en retener a su personal y sobre todo, a las generaciones más jóvenes. No nos cabe duda que los tiempos han cambiado, las prioridades han cambiado, la forma de relacionarse ha cambiado, la conectividad ha modificado nuestras rutinas, nuestras forma de ver y hacer las cosas, etc.; pero detrás de todo esto, hay un factor que escapa prácticamente de nuestro manejo: cómo hacer para involucrar a nuestra gente en nuestros propósitos, nuestras metas y objetivos, con la tendencia cada vez mayor de cambiarse de trabajo en poco tiempo?
Vienen a mi memoria algunos aspectos que, por la formación que he recibido, no solamente en el seno familiar, sino en la Escuela Naval; podrían servir de punto de inicio para encaminar este esfuerzo que cada vez genera incertidumbre en las empresas: la retención del talento. Veamos estos aspectos clave:


El valor del compromiso: Cuando asumimos un compromiso, debemos ser conscientes que estamos ofreciendo transformar una promesa en realidad, que debemos hacerlo en el plazo ofrecido, que conocemos las condiciones que nos han llevado a aceptar ese compromiso y por ende, debemos dedicarle el tiempo, esfuerzo y dedicación que ello implica. Bajo este punto de vista, debemos ser muy finos en formar a las nuevas generaciones bajo un contexto en el cual se tenga muy presente que las retribuciones que uno puede y debe obtener en la vida, están sujetas a ese nivel de compromiso y esfuerzo que cada uno les ponga a sus tareas; no esperando una retribución inmediata a todo lo que queremos, necesitamos o ansiamos. Un análisis muy interesante que complementa este punto de vista, lo plantea Simon Sinek cuando habla sobre los millennials, en la siguiente entrevista que comparto:
https://www.youtube.com/watch?v=yKK5BwvTls8
Generar confianza: Soy un convencido que no existe mejor fuente de generación de confianza, que el conocimiento de uno puede tener de la gente que tiene a su cargo. Cuando digo conocimiento, no me refiero solamente al nombre de nuestros trabajadores, sino a todos sus gustos, preferencias, prioridades, con quien vive, cuantos hijos tienes (si así fuese), donde estudian, en que grados están, cuáles son sus hobbies, etc. En mi larga trayectoria profesional he comprobado que mientras uno conozca más a la gente, va a tener mayor predisposición a que se genere un clima de apertura para conversar sobre estos aspectos y con ello, quien ejerce las veces de líder, tenga mayores herramientas para ganarse la confianza de ese subordinado y de esa forma, se pueda iniciar la búsqueda del compromiso, identificación, pertenencia que uno siempre busca, para el logro de los objetivos planteados.
Foco en las habilidades blandas: Este es un factor que se ha vuelto un imperativo estratégico en las organizaciones y que en este momento es el que más esfuerzo demanda en las áreas ligadas al talento. Como captar personas con habilidades blandas desarrolladas o en su defecto, como sensibilizar a su personal en la práctica de estas habilidades?. Ambos son dos esfuerzos que se complementan y que pueden ponerse en práctica de forma paralela. Por un lado, las entrevistas laborales orientadas hacia la prevalescencia de estas cualidades sobre las habilidades técnicas, en función al puesto que así lo requiera; deberá tener una serie de filtros que nos provea gente con alto grado de adaptabilidad, flexibilidad, inteligencia emocional y otras; para lo que realmente estamos demandando. Asimismo, en ese mismo orden de ideas, a la gente que ya tenemos en la organización, debemos capacitarla, entrenarla, predisponerla, empoderarla e incentivarla para que este tipo de habilidades llegue a ser una práctica cotidiana en nuestras labores. Por eso siempre digo, todo lo que es capacitación y entrenamiento no es un gasto, es una de las mejores inversiones que se pueden hacer en la vida.
Benchmarking: La búsqueda de las mejores prácticas en todo aquello que deseas mejorar, no es ajena para estas recomendaciones de generar compromiso en nuestros empleados; y para ello, me voy a basar en tres casos particulares. La primera de ellas está basada en mi formación en la Escuela Naval, que muy aparte de los aspectos técnico profesionales que nos exigen; rescato como prioridad, ese gran esfuerzo por buscar y lograr la identificación de cada uno de los cadetes, en aquellos ideales que tienen muy bien asentados la Armada Peruana a través de sus generaciones; logrando con ello, que se genere una mística muy especial en el grupo humano que se prepara para enfrentar un mundo laboral complejo, con muchas falencias económicas, con mucha exigencia y rigurosidad. Esa gente así formada, al igual que los técnicos que también reciben una educación similar; están preparadas y comprometidas con lo más sublime de una organización: cumplir con la misión a pesar de las vicisitudes y adversidades que siempre están presentes. El segundo y tercer ejemplo, tiene que ver con dos empresas que respeto mucho y son grandes referentes para este análisis: JyV Resguardo (Liderman) y Wong. Es de admirar como en estas organizaciones han logrado el compromiso de su gente, para competir en mercados tan complejos y sumamente competitivos; sobre todo, llegando de forma admirable y eficiente, a que su personal (sobre todo aquellos con sueldos bajos), nos entreguen un nivel de servicio y calidad, que excede muchas veces nuestras expectativas.
Tratemos de ponerlo en práctica. Una bonita semana para todos.
“El compromiso es lo que transforma una promesa en realidad, es la palabra que habla con valentía de nuestras intenciones, es la acción que habla más alto que las palabras, es hacerse al tiempo cuando no lo hay, es cumplir con lo prometido cuando las circunstancias se ponen adversas, es el material con el que se forja el carácter para poder cambiar las cosas, es el triunfo diario de la integridad sobre el escepticismo. Comprometerse y mantener los compromisos, son la esencia de la proactividad” (Shearson Lehman)


domingo, 13 de enero de 2019

DOS SEMANAS IMPORTANTES

Por : César Hildebrandt
 

 
 
 


Da miedo salir de vacaciones.

Siempre su­ceden cosas.

El 31 de di­ciembre el Fis­cal de la Nación quiso dar un golpe de estado.

Tal como se lo habíamos ad­vertido en esta modesta revista, la calle le respondió. Chávarry se asustó, los fiscales de peluche que se prestaron al cuento sa­lieron corriendo y la maniobra abortó.

Casi simultáneamente hemos asistido a la recomposición del Congreso gracias a las sucesivas deserciones ocurridas en Fuerza Popular y al intento de censurar a Salaverry, operación esta últi­ma bloqueada por ahora.

¿Qué conclusiones sacar?

La primera es que la mafia en­quistada en el Ministerio Público ha empezado a salir de verdad. Si eso termina de lograrse con el liderazgo de Zoraida Ávalos, ha­bremos dado un gran paso. Eso hará que el Poder Judicial vigile muy de cerca a su presidente, un magistrado que siembra dudas por donde pase.

La segunda conclusión es que Fuerza Popular ha dejado de ser la maquinaria colosal que inti­midaba y había establecido un gobierno en la sombra a despe­cho de su derrota electoral. El partido que lideraba una mujer rencorosa en nombre de una turbia dinastía, el partido de la nada programática y el balbu­ceo populista, se extingue poco a poco. Escuché a Carlos Tubino explicando las bajas en el equipo y tuve una idea clara del origen de esa decadencia. Tubino es un fantasma que nada tiene que de­cir y que se demora para decir­lo. Es un fantasma en una casa donde han empezado a penar. El nuevo local de Fuerza Popular podría ser la casa Matusita.

No han sido solo los errores políticos de la señora Fujimori los que explican esta implosión. Bastó que dos fiscales empecina­dos siguieran la huella del dine­ro para que comprobáramos lo que ya sabíamos: que la corrupción es parte del ADN fujimorista, que los malos hábitos no fueron un episodio del albertismo. Lo hemos dicho más de una vez: el fujimorismo nació robando donaciones y terminó robándo­nos la Constitución.

Pero es hora de decir algo que pue­de ser incómodo. Y es hora de formular algunas preguntas. ¿Cómo es que el fujimorismo puede estar vigente a pesar de tantos años de malas andanzas y trope­lías? ¿Cómo es que para evitar a Keiko hubo que votar por un hombre como Kuczynski? ¿Qué explica la podredumbre chalaca, la entronización de los cuellos blancos, las decenas de gober­nadores y alcaldes ladrones? ¿De dónde vienen esos lodos te­naces?

¿Cómo es que en la mitad de las obras públicas terminamos encontrando corruptelas? ¿Por qué los últimos ex Presidentes y la exalcaldesa de Lima están so­metidos a sospechas legítimas, cuando no a certezas fulminan­tes? ¿De qué pozo séptico vienen estas vaharadas de inmundicia?

Hay que de­cirlo: vienen del Perú profundo. Del patán que se salta la cola, del empresario que compra una rezonificación, del alcalde que se la vende, del que abusa de su po­sición de dominio, del escritor que plagia y es protegido por su mafia gremial, del taxista que se pasa una luz roja, del que lanza una cáscara de naranja desde un coche, del club de la construcción, de los abogados testaferros, de los funcionarios públicos con cuentas en Ando­rra, de los concejales que lo primero que hacen es aumentarse el monto de las dietas, de los congresistas que aplauden protocolarmente, de los lobistas que plagan el Congreso, del que calibra su balanza para robarte 50 gramos por cada kilo, de los seguros que se niegan a pagar lo que se comprometieron a pagar, de los opinólogos que sabiendo quién era Chávarry lo defendie­ron por lo que encarnaba, de los traficantes que invaden cerros y tierras del Estado para lotizar y revender, de las señoras que se meten un perfume en la cartera si no hay cámaras a la vista…

La corrupción no es un inven­to de los políticos. Viene de lejos. Terminará matándonos como país si seguimos consintiéndola. Por eso estas dos últimas sema­nas han sido importantes. Por­que pueden ser el comienzo de una revolución de la limpieza. Lo que el Perú pide a gritos es un diluvio de desinfectante, un Niño de lejía.

Fuente: HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 427, 11/01/2019 p9


UN PASEITO A LORA BEACH

Asi lo denominó nuestro querido Manuel cuando comenzó a coordinar la reunión anual en la casa de playa de nuestro hermano Miguel (a) La Lora...