( Del Libro de Oro de la XIX promoción)
Se rompió el mito del nombre
de la “Rompefilas”
El viernes 7 de enero por la mañana, mantuve una cordial
conversación telefónica con la Sra. Rosa Belaúnde Guzmán, cerca de media
hora, a quien de cariño le dicen ”Tota”, secretaria en el CMLP
entre los años 1962 a 1969, recordando aquellos tiempos del coronel Armando
Artola de quien guarda aprecio y consideración y de sus anécdotas, propias de
la oficina, que las chicas de aquel entonces recuerdan con mucho
cariño. Ella dice, “siempre he sentido nostalgia por el colegio”, y vive
muy feliz con quien contrajo matrimonio, el teniente Moreno quien estaba
destacado en el plantel; próximamente viajarán a EE.UU. a recibir a una nieta
más.
Fue ocasión propicia para recordar algunos personajes que
mantenían contacto con los cadetes, como fue el electricista Arista,
quien, al retirarse, pasó a trabajar a la Pilsen Callao y del enfermero Santos,
Mamerto, que atendía por una propina a los que se “evadían” a la
enfermería y que él conocía y curaba con su famosa “pastilla”; me hizo
saber que a Santos lo intervinieron quirúrgicamente practicándole un
trasplante de hígado, y que le fue colocado uno de chancho con el
que actualmente vive y que tiene un negocio con su hermano, dicha operación fue
realizada por un grupo de cirujanos que vinieron de Estados Unidos.La Sra.
Belaunde es sobrina del Coronel Rodolfo Belaunde Ramírez, director del CMLP
entre 1955-1957; recordamos que era una de las más jovencitas y guapas
del grupo de secretarias.
Gracias a una amiga de mi niñez que la conoce, pude obtener
su número telefónico. El motivo principal de mi llamada era saber de una
vez por todas y romper el mito existente que si la “Rompefilas” se llamaba
Estéfani o Carmen, el nombre de aquella secretaria que nos inducía a la
indisciplina, quien se hizo muy popular sin mantener relación con los
cadetes; existe de ella al menos una anécdota y un poema consignada
arriba y que nos indujo a indagar por ella.Enterado ahora que su nombre es M…
V…, arequipeña ella, preferimos mantenerla en el misterio. Tota nos
relata que ella sí sabía del tumulto que producía y que, a propósito, caminaba
como lo hacía, toda jacarandosa, pues sabía muy bien que sería observada
y que produciría desorden y suspiros en las filas, efectos en los
cadetitos que ella alardeaba con sus compañeras, quienes, disimuladamente,
observaban y comentaban jocosamente mientras se dirigían a sus oficinas en
medio de sabrosas sonrisas.
Ricardo González
AF.11. LA ROMPEFILAS
He aquí una versión que la recordaremos una vez más, ya que
nadie la puede haber olvidado,(y no sólo fue cuando éramos perros) que siendo
jóvenes nuestras vistas estaban listas para observar cualquier cosa, y con
mayor razón al sexo femenino y es más que estando internados, sólo nos veíamos
nosotros mismos, puro hombres.
Recordaremos que por las mañanas , cuando escuchábamos el
segundo pitazo en el interior del comedor, luego de haber desayunado,
salíamos corriendo hacia nuestro emplazamiento para formar por secciones,
nuestro sector en 3er año era el lado izquierdo del batallón dando frente
a la cocina de oficiales, 4to. al centro y 5to a la derecha, tanto el brigadier
como el monitor de sección pasaban lista, se apuntaban aquellos que irían a la
enfermería y cualquier otra ocurrencia.
Cuando entregaban el parte al capitán de día en el estrado
del pabellón central, teníamos que permanecer en posición de atención, …
y precisamente en ese instante como si fuera hecho adrede, salían del
comedor los empleados, bajaban la escalerita y se dirigían por la vereda
que pasa frente a la cocina con dirección a sus oficinas, en la
8va. ocupaba la primera fila y tenía campo abierto para mi visión.
En este grupo de empleados, había una secretaria de
nombre Mayola Valdivia que usaba a diario su uniforme, cuya
blusa era de color blanco (en verano) y chompa roja (en invierno) ambas las
llevaba muy ceñidas a su cuerpo, que ahora me parece que tenía unos kilitos
demás , pero no era gorda. No recuerdo que haya mirado hacia la izquierda donde
estábamos nosotros, pero si nosotros veíamos que “pasito a paso” iba
mostrando la voluptuosidad de sus senos y una faldita pegada también tipo
tubo color plomo claro y a una altura por encima de las rodillas, que nos
permitía observar sus buenas piernas y sus “cuatro letras” bien formaditas.
El batallón de tercero, con la vista al frente teníamos este
privilegio que no tenían los otros años, estábamos obligados a ver sus
contorneos, habían dos o tres más secretarias, pero eran deformes y una era un
poronguito, tal vez de algún deforme se ganaban también una mirada, pero
lo que estaban atrás, calculo a partir de la tercera fila, ya tenían
problemas para verla bien, esto suscitaba a que movieran sus
cuerpos sea a la derecha o izquierda, en este momento se rompían las filas, se
desordenaban, algún ingenioso bautizo a esta flor, con el nombre de “La
Rompefilas”, por ello se escuchaba que unos pasaban la voz a los otros,
especialmente a los desatentos … ¡ahí pasa la rompefilas!.
Hasta la fecha tiene “ángeles” templados.
Adjunto unos versos dedicados a la “rompefilas”, que, en
aquellos años, justamente pasaba a las 7:30 de la mañana, frente a los
cadetes del 3º, 4º y 5º año formados antes de ingresar al comedor. Coincidía
con la hora de ingreso de los trabajadores civiles.
A ella la trajo el Coronel Armando Artola, arequipeña, de nombre Estéfani Valdivia de unos 22 años de edad, cuya característica era su caminar con “rebote” que es algo sin igual, era lo que más atraía; además, tenía ojos de vicuña color esmeralda con tremendas pestañas, no daba bola a los oficiales de menor rango, es decir, de capitán hacia abajo. Incluso, un teniente, de apellido Velasco, le dedicó estos versos que solo lo escuchaban los de su rango y los civiles: Eres tan bella, eres tan hermosa, no lograré que seas mía, pero de un pajazo no te escapas. También había otro teniente cuya chapa era Nikonka, pues solo atinaba a mirarla, tenía un tremendo carro pero era tan feo… por eso lo de Nikonka.
A ella la trajo el Coronel Armando Artola, arequipeña, de nombre Estéfani Valdivia de unos 22 años de edad, cuya característica era su caminar con “rebote” que es algo sin igual, era lo que más atraía; además, tenía ojos de vicuña color esmeralda con tremendas pestañas, no daba bola a los oficiales de menor rango, es decir, de capitán hacia abajo. Incluso, un teniente, de apellido Velasco, le dedicó estos versos que solo lo escuchaban los de su rango y los civiles: Eres tan bella, eres tan hermosa, no lograré que seas mía, pero de un pajazo no te escapas. También había otro teniente cuya chapa era Nikonka, pues solo atinaba a mirarla, tenía un tremendo carro pero era tan feo… por eso lo de Nikonka.
Oscar Canqui (XX)
Aquí los versos del recuerdo de nuestro poeta Sammy Angulo:
RECORDANDO A LA
ROMPEFILAS
De estatura era normal
quisiera haber sido dueño
de su cuerpo que era un sueño
de figura angelical
quisiera haber sido dueño
de su cuerpo que era un sueño
de figura angelical
Sus piernas eran
hermosas
invitaba a acariciar
y cuando se echaba a andar
provocativa y graciosa
invitaba a acariciar
y cuando se echaba a andar
provocativa y graciosa
La tercera compañía
o todito el batallón
entraba en confusión
cada vez que aparecía
o todito el batallón
entraba en confusión
cada vez que aparecía
Agacharse a recoger
o el mirarse la espalda
y acomodarse la falda
era parte del ritual
o el mirarse la espalda
y acomodarse la falda
era parte del ritual
Redondita de revés
voluptuosa por delante
ansiaba por un instante
abrazarla alguna vez
voluptuosa por delante
ansiaba por un instante
abrazarla alguna vez
Muy estrecha su cintura
de caderas bien torneadas
nos regalaba miradas
que provocaba locura
de caderas bien torneadas
nos regalaba miradas
que provocaba locura
Al marcharse y al
venir
con su suave movimiento
haciéndolo siempre lento
le gustaba seducir
con su suave movimiento
haciéndolo siempre lento
le gustaba seducir
El regimiento hormonal
que alerta siempre esperaba
de inmediato se paraba
para un pecado venial
que alerta siempre esperaba
de inmediato se paraba
para un pecado venial
La tienes ya en la
mente?
era siempre el mañanero
acertaste compañero
la Rompefilas, presente
era siempre el mañanero
acertaste compañero
la Rompefilas, presente
Sammy
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