sábado, 14 de agosto de 2021

EL PRIMER ESLABON DE ORO -14.- NUESTROS MAESTROS

 NUESTROS MAESTROS

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El éxito de la sólida formación que recibimos en el CMLP se debe a la tesonera y esforzada labor de nuestros maestros que supieron estar a la altura de sus responsabilidades. Al hablar de los «actores de la historia» he enumerado a la planta docente que conformaron los fundadores del Colegio y ahora voy a referirme en particular a quienes fueron mis maestros el 44 y a los que tuvieron a su cargo las otras nueve secciones, así como los que engrosaron las filas de docentes los años 45 y 46 para los integrantes de la segunda y tercera promoción. 

Diez fueron las secciones el año 44, cada una estaba conformada por 30 cadetes, es decir, la cantidad ideal para que el proceso enseñanza-aprendizaje se efectuara en las mejores condiciones. Nuestras aulas estaban ubicadas en el último pabellón, frente a la piscina y la glorieta. El Director de Estudios con el que empezamos nuestros labores escolares fue el doctor Manuel Velasco Alvarado, alto, delgado, con finos anteojos en montura de oro sobre sus ojos pardos. Lo veía distante, ceremonioso enigmático. Sé que él fue el más cercano colaborador del coronel Marín en la selección de la planta docente y de los exámenes de ingreso de los cadetes, así como en la planificación de la labor educativa del primer año de funcionamiento del colegio. De tez pálida y andar pausado, pocos tuvieron la oportunidad de acercarse a él. 

Castellano fue el curso que nos dictó el profesor Felipe Tiravanti, un veterano profesor de Guadalupe y otros colegios, muy serio y de afables maneras, era sin embargo exigente y severo. De mediana estatura, con las mejillas sonrosadas, Tiravanti al igual que su hómologo el profesor Santillán Arista usaba el método de los percentiles ortográficos para calibrar conocimientos y mejorar nuestra ortografía. Tuvo conmigo un trato deferente porque era amigo de mi papá, su colega, lo que no suponía condescendencia, todo lo contrario, responsabilidad para un mejor rendimiento. 

Don Esteban Hidalgo Santillán, era un típico amazonense en sus maneras y forma de hablar, él nos enseñó historia del Perú y se esmeraba porque sus clases resultaran amenas recurriendo a menudo a la anécdota. También era amigo de mi padre porque ambos se habían encontrado como estudiantes en la antigua Escuela Normal. Además de maestro era abogado y el año 56 postuló y fue elegido diputado por Amazonas en la lista pradista. Un día festejó su elección en una casa cercana a la mía en el barrio magisterial. Bebimos muchas cervezas y le augure éxito en su gestión parlamentaria haciéndole notar, medio en broma, medio en serio, que serían tres los parlamentarios del CMLP porque en esa oportunidad resultaron elegidos diputados los leonciopradinos de la segunda promoción Manuel Panizo Ortiz y Carlos Malpica Silva Santisteban. Hidalgo llegó a ser Secretario de la Cámara de Diputados y alguna vez confluimos en las celebraciones de Aniversario del colegio. Panizo llegó a primer Vice-presidente. 

Napoleón Zegarra Araujo, era un médico cajamarquino serio, alto, con fino bigote que con maestría nos introdujo en el conocimiento de la Anatomía, Fisiología e Higiene. Sabíamos que ejercía en el Hospital Dos de Mayo y que su especialidad era la medicina clínica, esa especialidad en la que los conocimientos y la intuición se conocen como el «ojo clínico». Zegarra quería enseñarnos no solamente el frío conocimiento del cuerpo humano y su funcionamiento, sino además demostrarnos «in vivo» y así es como en una oportunidad programó la disección de un perro y en una improvisado anfiteatro pudimos observar el aparato respirato-rio, el corazón, estómago, intestinos, riñones, etc, todo funcionan-do antes que el perro muriera. El gordo Brignetti quedó fascinado con el espectáculo de Zegarra, yo no terminaba de explicarme como había hecho Zegarra para que el perro no muriera al primer tajo del bisturí, sin percatarme de los milagros que podía hacer una dosis de anestesia general. Años más tarde descubrí que Zegarra era profesor de clínica médica y formaba parte del equipo del "negro" Sergio Bernales en la Facultad de Medicina y cuando yo era alumno de la universidad participamos en una de las fiestas que ofrecía Bernales a maestros y alumnos para celebrar su cumpleaños y despojarse de su aura de profesor exigente y tirano. Don Napoleón fue médico de mis padres a quienes trataba con mucho cariño y durante muchos años los atendió de diabetes en su consultorio de la plaza San Martín. Fue un excelente profesor, un buen médico y mejor amigo. 

Luis Faura Bedoya, fue nuestro profesor de inglés y todos admirábamos su pulcritud y elegancia en el vestir y la cantidad de trajes que poseía pues nunca repitió una tenida en todo el tiempo que nos enseñó. De maneras muy caballerosas, con la voz enronquecida por el uso de cigarrillos, se afanó por introducirnos a la lengua de Shakespeare y con alguno lo logró. Años más tarde y estando como Tesorero del Club de la Unión me invitó para que ingresará como socio del centenario club, él sentía especial defe-rencia por Félix Toro Chávez, no sé si era pariente o su padrino. 

El profesor de matemáticas en tercero fue el ingeniero Luis Injoque, su volumen era impresionante. Dicen que desayunaba en el comedor del colegio y 20 panes más un gran recipiente lleno de mantequilla y una jarra de café con leche, le resultaban insuficientes. Proverbial resultó su apetito. La aritmética, el álgebra y la geometría tenía en Injoque un gran exponente y las matemáticas iban a la par con su gran volumen. Cuando terminamos el colegio lo encontré como director del colegio «Saint Mary School». Resultó que era cuñado con José Luis Daly, gran amigo mío y alto dirigente de AP, esto me permitió acercarme a él, y ser su amigo y compartir alguna vez pantagrúelicos almuerzos. 

Con Flavio Villacorta Gutiérrez, éramos vecinos, vivíamos en el barrio de los maestros, en la Av. 28 de Julio de la Victoria. Blanco, de ojos celestes, este cajamarquino buena gente y amigable fue nuestro profesor de geografía y con paciencia y conocimientos nos introdujo en el mundo de la geografía física, económica y política del país. Don Flavio escribió un folleto con la historia del CMLP que es fuente de consulta para todo aquel que quiera adentrarse en este tema. Lo veia, con frecuencia y tras su comprensiva sonrisa siempre descubrí su expectativa porque fuera un buen alumno, «sigue el ejemplo de tu padre, que es uno de los mejores maestros del país», me dijo. en una oportunidad. Hace un par de años lo encontré en Miraflores, iba acompañado de su hijo Jorge, que habiendo estudiado medicina terminó como profesor de inglés, estaba muy viejito y caminaba apoyado en un bastón, no había perdido sin embargo el brillo y viveza de sus pequeños ojos azules. 

Entre los otros profesores fundadores del colegio y que enseñaron en otras secciones está don Luis Bedoya Reyes, el celebérrimo "tucán". Era un hombre joven de andar rápido. De estatura media, llevaba tras su excepcional nariz unas gruesas gafas de carey y era un chalaco, criollo y hablador. Cuenta Jorge Melgar que fue su alumno en la quinta sección que entraba al salón de clase con los dedos medio, pulgar y cordial encogidos, con la clásica forma de «contra», curándose en salud por los posibles epítetos de algún alumno. Era entretenido en sus exposiciones y preocupado porque todos aprendieran. "Tucán" fue ganado por la política a temprana edad, tanto que fue Director de Informaciones del gobierno de Bustamante y después fundador de la Democracia Cristiana, en calidad de tal, fuimos aliados el 63. Elegido presidente de la República Belaunde, éste lo hizo Ministro de Justicia y después el pueblo lo eligió Alcalde de Lima en dos ocasiones en donde tuvimos oportunidad de alternar con motivo de los incendios de Tacora y del Mercado Central y en la ejecución y puesta en marcha de decenas de parques infantiles en los barrios marginales de Lima. En 1966 se retiró de la Democracia Cristiana y fundó el Partido Popular Cristiano con el que no ha podido alcanzar su más cara ambición: La Presidencia de la República. En el 80 fue contendor de Belaunde en las elecciones de ese año y perdió, pero escuchó el llamado de FBT y colaboró con AP en el gobierno 80-85. El 85 compitió con Alan García y volvió a perder. En el FREDEMO volvimos a coincidir con los resultados que todos conocemos. Tres personalidades fuertes , jefes de partidos, como socios no terminaron nunca de ponerse de acuerdo y cada quien creía que tenía el liderazgo. Aquí perdimos la oportunidad de que un leonciopradino de la séptima promoción fuera Presidente y que uno de la quinta primer vice-presidente, Mario Vargas Llosa y Eduardo Orrego Villacorta. Me cuenta Melgar que Bedoya es reacio a recordar que fue nuestro profesor el 44 y que, ahora que vamos a cumplir 50 años de ingreso al CMLP, quizás sea porque estos 50 lo hacen un poco más viejo. 

Don Guillermo Rosemberg, de orígenes germánicos, alto, más bien delgado, de hablar atropellado fue profesor de matemáticas de otras secciones. Era un buen profesor y sumamente exigente con sus alumnos. Dejó buenos recuerdos entre los que fueron sus discípulos. El General Mendoza al ser designado Ministro de Educación lo llevó al Ministerio como Director de Educación Secundaria para reemplazar al doctor Carlos Cueto Fernandini que había renunciado a ese cargo al producirse la revolución de Odría. Sé que fue un leal y esforzado colaborador de Mendoza en la creación y puesta en marcha de las Grandes Unidades Escolares. En una oportunidad nos encontramos en una visita sorpresiva que hizo el Ministro Mendoza acompañado de Rosemberg al Instituto Psicopedagógico Nacional donde yo traba-jaba como asistente del doctor Cueto y del profesor Luis Landeo. Se admiraron de encontrarme a las 8 de la mañana, hora de la visita, en mi puesto, era el único empleado presente y el que les sirvió de guía en la visita que hicieron a las oficinas que estaban vacías. Poco fue lo que pude informarles, lo hizo después el doctor Luis Guerra que era el Director y que llegó en forma apresurada al ser avisado de la inopinada visita. Fui testigo de una agria discusión entre el Ministro y el psiquiatra que desempeñaba la dirección. Pocos días después el gobierno desactivó el IPN y yo recalé de ayudante del dentista en la Gran Unidad Escolar Melitón Carbajal donde era Director el doctor Julio Chiriboga, nuestro viejo y querido Director de Estudios. 

También fueron profesores del colegio Uladislao Zegarra Araujo,  que trabajó en el Ministerio de Educación durante el segundo gobierno de Prado, e igualmente el doctor Ezequiel Sánchez Soto quien años más tarde fue Rector de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega. 

El profesor Teodoro Casana, es uno de los maestros de más larga trayectoria en el Colegio, él enseñaba Geografía y vivía en el Callao donde ha desempeñado importantes cargos. Un sobrino suyo integrante de la tercera promoción fue dirigente de la Asocia-ción de Ex- alumnos y trabajó a mi lado cuando fui Presidente, él al igual que su tío era abogado. El profesor Casana ganó por su bonhomía y sus conocimientos la simpatía y gratitud de sus alumnos. 

Don Ricardo Cazorla Sormani, con su vozarrón, de fumador empedernido, empezó como bibliotecario teniendo como asistente al sargento-bibliotecario y llegó a Director de Estudios, cargo que desempeñó durante muchos años. Ascendió en la época del Coronel Marcial Romero Pardo. El era profesor de ciencias sociales y uno de los puntales del área de letras. 

Con Edmundo Pizarro Dávila, célebre tenor peruano de mucha nombradía hemos compartido inquietudes políticas al salir del Colegio. Sé que fue un buen profesor, él era abogado de profesión y se distinguía por su porte alto, blanco, con bigote y voz clara y fuerte. Estuvo en AP el 63 y fue nombrado Prefecto de Lima. Es uno de los profesores fundadores del CMLP. 

José Valera, Alfonso Santillán, Juan Mac Gin, Humberto Velázquez, José Pareja y Paz Soldán y Eduardo Ubillús, son otros profesores fundadores que se esforzaron por darnos sólida preparación. Ellos al igual que los demás aplicaron novísimas técnicas pedagógicas, metodológicas y didácticas. 

Humberto Santillán Arista, si el profesor Santillán ingresó a la Escuela Normál en 1920, debe a la fecha estar bordando los 90 años. Ahora disfruta de su muy merecida jubilación después de haber enseñado Castellano, Lengua y Literatura por más de cin-cuenta años consecutivos. La comunidad indígena de San Damián en Huarochirí, el colegio Antonio Raimondi, la Escuela Naval del Perú, el Colegio Militar Leoncio Prado, la Escuela Militar de Chorrillos, la Gran Unidad Escolar Ricardo Bentín y otros son centros educativos en los que el profesor Santillán educó y formó a millares de jóvenes diseminados ahora por todas los caminos de la vida y enfrentando todo tipo de responsabilidades. 

Santillán fue profesor fundador del CMLP. estuvo en el primer contingente de maestros que seleccionó Marín para iniciar su labor educativa y es uno de los sobrevivientes de ese grupo de educadores que forjó el espíritu leonciopradino. Pertenece a una generación excepcional y sus discípulos lo recordamos con afecto y admiración. Sus célebres «percentiles ortográficos» aún nos hacen temblar cuando los recordamos. Santillán es un maestro en toda la extensión del término y la educación nacional le debe mucho porque a través de los muchos libros que ha escrito y publicado en la Editorial del CMLP ha contribuido sustancialmente al enriquecimiento de la bibliografía pedagógica del país. Felizmente ha vivido para que su obra sea reconocida y se haya hecho merecedor de múltiples condecoraciones y distinciones que él ha recibido con la modestia del maestro que ha sembrado el árbol de cuya sombra no va a disfrutar. 

Miles de ex-alumnos lo recordamos con cariño y gratitud y evocamos sus magistrales clases y el empeño que siempre puso para que todos aprendiéramos a manejar correctamente el idioma castellano. Con Santillán Arista queda aún el maestro de estirpe y tradición que supo formar, educar, proyectar hacia el futuro a muchísimas generaciones de alumnos ávidos por aprender. Estos fueron nuestros maestros el año 44, además de los profesores de Educación Física que tan importante labor cumplieron en el aspecto físico de nuestra formación a ellos evocaré en el capítulo: «Mens sana in corpore sano». 

El primer año de estudios en el colegio, que correspondía al tercero de secundaria fue febril, no solamente porque las clases empezaron en junio, sino porque dedicamos mucho tiempo a preparar la inauguración; sin embargo, los maestros sin prisa, pero sin pausa, cumplieron a cabalidad sus tareas docentes. Se aplicaron las pruebas pedagógicas objetivas para evaluar nuestro rendimiento y fue impuesto el sistema centesimal de calificación, llegamos a fin de año y cada quien empezó a ocupar el lugar que su rendimiento le asignaba. Al final en el Cuadro de Méritos del 44 los diez primeros lugares fueron ocupados por Jorge Pereyra Meiggs, Elmer Vidal Dávila, Juan Carrión Ruiz, Luis Morales Jaramillo, José Yábar Torres, Milciades Olea Terry, Jesús Novoa Becerra, Luis Agama Lúcar, Felipe Díaz Morales, y Manuel Escorza Torres. Según este cuadro durante 1945 Jorge Pereyra Meiggs sería el brigadier general y los que lo seguían, brigadieres de cada una de las 10 secciones. 

Marín pudo al final del 44 mostrar la impresionante obra realizada en contados meses y para la clausura del año escolar el Presidente de la República asistió a la ceremonia, al igual que hacía en los Institutos Militares del país, se privilegiaba así la importancia que había adquirido el CMLP. 

Prado comprobó "in situ" la labor realizada y fue muy elogioso en su discurso de clausura, nos felicitó a todos e instó a seguir estudiando y preparándonos con más ahínco y tesón. 

La única nota triste de este fin de año fue la separación de quienes no habían aprobado el año de estudios por haber sido desaprobados en más de cuatro cursos y fueron retirados del colegio en ceremonia pública. 

Nos dieron vacaciones antes de navidad, regresamos a nuestros hogares llenos de júbilo; la primera etapa, la más difícil había sido culminada, ahora esperábamos regresar el año 45, está vez como antiguos; los nuevos, los «perros» serían los ingresantes de la segunda promoción. El Colegio seguía creciendo, el 45 seríamos cerca de 600 cadetes, siempre con Marín como Director. Regresé a mi barrio junto a mis padres y hermanos, a mis amigos. Me habían permitido que viajará a Jauja uniformado, junto con los jaujinos Mario Contreras Solís y Luis Ravines García, mayores que yo y con mucha trayectoria en el campo amoroso, tanto que el pequeño Ravines ya tenía un hijo. Qué precocidad! 

Los años 45 y 46 sirvieron para que el Colegio completara los tres últimos años de educación que era lo que ofrecía y así ha sido durante toda su existencia. Esto significó que la planta de profesores aumentara y se enriqueciera con el ingreso de muchos maestros de larga y fecunda trayectoria, también de jóvenes valores de la educación nacional. Así al finalizar el año 46 la planta de profesores dirigida por el doctor Julio Chiriboga en su calidad de Director de Estudios en reemplazo de Manuel Velasco fue la siguiente: 

LITERATURA: Luis Bedoya Reyes, Jorge Puccinelli Con-verso, Guillermo Ugarte Chamorro„ José Valera Zambrano, y Anaximandro Vega Mattiola. 

CASTELLANO: Josué Méndez Muñoz, Edgardo Merino Ruiz y Humberto Santillán Arista. 

GEOGRAFIA: Teodoro Casana Robles, Edmundo Ubillús Panduro y Flavio Villacorta Gutiérrez. 

PSICOLOGIA: Alfredo Figueroa Coello, Walter Reinoso Sánchez Moreno, y Felipe Tiravanti Regalado. 

MATEMATICA: Luis Injoque Mandujano, Carlos Mendoza Valenzuela, Guillermo Rosemberg Avilés, Carlos Sosa Navarrete, Eduardo Valenzuela, Flavio Vega Villanueva, Víctor Vera Cubas, Jorge Zegarra Bernal. 

COSMOGRAFIA: Genaro Commo Mónaco. 

ANATOMIA: Luis Escudero Franco, Angel Guardia Mayorga, Luis Quiñones, Demetrio Grados Vásquez y Napoleón Zegarra Araujo. 

GEOLOGIA: Alejandro González Loli. 

QUIMICA: José Becerra Noriega, Jorge Lanatta Giorria, Mario Revoredo Reynafarje. 

FRANCES: Henry Bonneville, Aimé Dussoid. 

RELIGION: Fausto Linares Málaga, Francisco Solano Muente y Mariano Noriega Arce. 

INGLES: Francisco Bolaño Céspedes, Willy Loveday Pérez Albela, Armando Corzano Arciniega, Luis Faura Bedoya, Luis J. Olivera Verástegui, Abelardo Ortiz Dueñas. 

LOGICA: Aníbal Ismodes Cairo, Antonio Lozano Ríos, Walter Peñaloza Ramella, Alberto Saberbeín Terrones. 

FISICA: Pedro Grados Bruno, Segundo Sáenz Gálvez, Alfredo Tomassini de la Cuba, Clemente Valdivia Gamboa, Juan Tauro del Pino. 

HISTORIA DEL PERU: Ricardo Cazorla Sormani, Ricardo Mariátegui Oliva, Edmundo Pizarro Dávila, Ezequiel Sánchez Soto, Uladislao Zegarra Araujo. 

HISTORIA UNIVERSAL: Luis Landeo Pineda, Decio Rabanal Cárdenas, Roberto Reich 

HISTORIA DE LA CULTURA: Hermán Busse de la Guerra, Alfredo Di Tolla La Guarda, Esteban Hidalgo Santillán, Ricardo Mariátegui Oliva, José Paz Garay, Walter Peñaloza Ramella, Gustavo Pons Muzzo. 

ECONOMIA POLITICA: Humberto del Pino Barbarena, Luis Landeo Pineda, Flavio Villacorta Gutiérrez. 

EDUCACION CIVICA: Jorge Castro Harrison y Carlos Pásara Pizarro. 

EDUCACION MUSICAL: Chávez Aguilar 

Como se puede apreciar a primera vista, ésta fue una super selección de maestros, muchos de los cuales han dado a la educación y al país lo mejor de sus conocimientos y hacer una reseña de cada uno abarcaría más de un libro. El equipo que enseñaba literatura era de polendas, además de Bedoya Reyes al que ya me referí, Jorge Puccinelli, quien trabajó en San Marcos como catedrático principal y pertenece a la Academia Peruana de la Lengua, es un talento reconocido nacional e internacionalmente; Ugarte Chamorro, el arequipeño experto en teatro, ha sido creador y Director del Teatro Universitario en San Marcos y es reputado como experto en su área, siempre bondadoso y gentil coincidimos muchas veces en los baños turcos de Pardo y tuvo deferente amistad conmigo y con todos sus ex- condiscípulos leonciopradinos. 

Anaximandro Vega Mattiola, fue un profesor fuera de serie, eximio en el manejo del idioma, era un poeta de antología. Colorado, alto con anteojos de lunas que lo ayudaban a superar no notoria miopía, era un bohemio a quien la tertulia y la buena mesa fascinaban. Muy amigo de mi padre, tuve la oportunidad de alternar con él en algunas oportunidades cuando egresé del colegio. Le gustaba el trago y seguramente la jarana. Recuerdo que en una oportunidad en su clase de literatura con fina ironía nos contó que Abraham Valdelomar, el poeta iqueño «murió ahogado en mi.... seria», arrancando las carcajadas en todo el salón. No he podido olvidar el serio enfrentamiento verbal que tuvo con el coronel Mendoza en una ceremonia conmemorativa, en donde con altivez defendió a los literatos e intelectuales. Vega se fue en plena madurez y su hijo Juan José, nuestro condiscípulo de la tercera promoción ha seguido sus huellas de escritor, aunque él es experto en Historia del Perú, disciplina en la que ha escrito muchos textos. Sobre Anaximandro he escrito también en el capítulo dedicado al Himno del Colegio, cuyas letras son de su inspiración y autoría. 

El equipo de matemáticas estaba conformado por capos de la educación en el país, al lado de Injoque estaban Mendoza Valenzuela, Rosemberg, Sosa Navarrete, hermano de otro ilustre maestro que era mi vecino en el barrio de los maestros. Valenzuela, Vega Villanueva a quien lo que le faltaba en tamaño le sobraba en talento y que hizo aprender matemáticas hasta a los más corchos, al igual que Zegarra Vernal, esmirriado de cuerpo que ganó el cariño de sus alumnos por su seriedad y por lo bien que enseñaba. Vega fue además profesor de la Escuela Militar de Chorrillos y catedrático de la Facultad de Ciencias de la Universidad de San Marcos. Siempre tuvo un afectuoso trato y llevaba al CMLP en el corazón. 

De los profesores de Anatomía, además de don Napoleón Zegarra, estaban Guardia Mayorga, asimilado al ejército al igual que Demetrio Grados que llegó a General y Director del Hospital Militar. Además completaban el equipo sin desentonar Luis Es-cudero y Luis Quiroga. 

Geología, que realmente era una asignatura poco atrayente, salvo para algunos tenía, en Alejandro González Loli, un profesor excelente, él además desempeñó el cargo de Director de Estudios, años más tarde. 

Entre los profesores de química recuerdo con especial afecto al Ingeniero Jorge Lanatta Giorria, quien se esforzó por enseñarnos los secretos de la química inorgánica, como lo hizo después Pedro Grados Bruno con la química orgánica, tanto aprendí de estos dos maestros que años después, no siendo químico, ni profesor titulado enseñé estas asignaturas en el colegio «Alejandro Deustua» y en la naciente Universidad Federico Villarreal, Facultad de Educación. Otro profesor excepcional fue Mario Revoredo Reynafarje, de ancestros amazonenses, que después de ser asesor en el Colegio fue Director de la Gran Unidad Escolar de Trujillo. 

Por su voluminosa figura y su hábito franciscano en cuyas mangas lucía orgulloso sus seis galones de coronel asimilado, recuerdo a Monseñor Francisco Solano Muente, el celebérrimo obispo quien era no solamente el capellán del Colegio, sino también eficiente profesor de Religión, cuyas clases resultaban muy amenas por la inveterada costumbre que tenía el obispo de recordarnos su calidad castrense y la forma cómo debíamos salu-darlo militarmente. Otro profesor era el Deán de la Catedral Monseñor Fausto Linares, cura de carácter que no aguantaba pulgas y quien en una oportunidad se levantó la sotana y corrió tras un cadete para castigarlo por una malacrianza en clase. 

Para la enseñanza de idiomas: francés e inglés ingresaron los profesores Henry Bonneville y Aimé Dussoid que se esforzaron por enseñar francés a un pequeño grupo de cadetes que lo tomaron como curso opcional y para inglés estuvieron Francisco Bolaños Céspedes, Willy Loveday Pérez, Armando Corzano Arciniega, Luis Faura Bedoya, Abelardo Ortiz Dueñas y Luis J. Olivera Verástegui. Corzano nos enseñó inglés en cuarto y fue un profesor medio bizco que usaba anteojos ahumados y que se esforzó por dejar buena impresión por su empeñó y severidad; al año siguiente fue don Luis Olivera, que jugaba tenis con algunos alumnos y nos hacía entonar canciones en inglés como tipperary, y resultó un profesor divertido y ameno. Yo lo miraba y trataba con respeto por ser hermano de unas viejas maestras vecinas de barrio, Maestro muy mayor y paisano de mis padres, pues era jaujino. Creo que todos los profesores de inglés cumplieron con enseñar con el mejor empeño. 

En lógica había un grupo de profesores encabezado por Walter Peñaloza Ramella con su "chasqui" blanco en verano y un terno gris que nunca cambiaba en invierno. Didáctico y persuasivo, nos introdujo en la lógica con mucha maestría. Después ha tenido una trayectoria profesional que lo llevó al Rectorado de la Universidad Pedagógica de la Cantuta, a la Embajada del Perú en Alemania nombrado por, Belaunde, lo que no le impidió ser Embajador de Velasco y director del expropiado diario «La Prensa». Intelectual de brillo y prestigio se ha eclipsado y nada sabemos de él. Los otros gurús son Aníbal Ismodes con quien coincidí en algunas oportunidades cuando fue candidato a diputado en las listas de AP, el 85 cuando postuló Javier Alva a la Presidencia de la República. Naturalmente que perdimos, después he leído sus artículos en el diario «Expreso» y sus intentos de participar activamente en la política nacional. Sigue vigente y ojalá algún día alcance sus propósitos. 

Los profesores de física fueron Segundo Sáenz, pequeño de estatura, con gruesos anteojos sobre sus ojillos vivaces, serio, conocedor de la materia que enseñaba, nos condujo de la mano entre el intrincado mundo de las poleas, las palancas, el plano inclinado, los vectores, etc.; Alfredo Tomassini de la Cuba, a quien después encontramos en San Marcos como profesor; Clemente Valdivia Gamboa y Juan Tauro del Pino, alto, colorado con gruesos mostachos y una impresionante calva, autor de unos de los textos que editó el CMLP. 

En Historia del Perú; estaban Ricardo Cazorla Sormani, fumador impenitente y que también tenía a su cargo la Biblioteca del Colegio, cuando elevaba su ronca voz, retumbaban las aulas en La Perla; Ricardo Mariátegui Oliva, tío de Sandro y que después resultó muy amigo de Jorge Melgar, Edmundo Pizarro Dávila, el famoso tenor de tantas operetas y zarzuelas; Ezequiel Sánchez Soto y Uladislao Zegarra Araujo el celendino hermano de Napoleón que dicen era muy entretenido en sus clases. 

En Historia Universal no puedo dejar de mencionar a don Roberto Reich, el de los pantalones meados que dejaban impresionante orla en su bragueta y a quien casi todos se le dormían en clase, tanto por la hora en que dictaba, la primera de la tarde después del almuerzo, y también porque su medialengua castellana lo obligaba a uno a tratar de prestar más atención de lo debido para poder entender. Con todo en medio de anécdotas y recorridos imaginarios algo aprendimos de los hunos y los visigodos. 

Otros profesores fueron Luis Landeo Pineda, el ya famoso derviche, con su bigote hitleriano, sus maneras afables y su exquisita cultura, también era fino poeta y soltero empedernido. Cuentan que el descanso después del almuerzo lo hacía al son de la música de un violín que él tocaba con maestría frente a una desaprensiva secretaria. Landeo promovió la fundación de la Asociación y fue el responsable de que yo ingresará al Instituto Psicopedagógico Nacional, con facilidades para estudiar. Este  trabajó evitó que yo pasará angustias económicas mientras estudiaba y tuviera más bien alguna holgura, que me permitió inclusive financiarme un terno de tela inglesa que lucía en las grandes oportunidades. Años después fuimos con Paco Miro Quesada y Luis Vier al cerro San Pedro. Paco era Ministro de Educación y Lucho Vier el Jefe de Cooperación Popular y yo dirigía un programa de promoción social para marginados en la JAN, íbamos a inaugurar una escuela construida por Cooperación Popular. Grande fue mi sorpresa al encontrar al profesor Landeo allí: al preguntarle que hacía por ahí, me contestó que era un funcionario del Ministerio y que le habían encargado la supervisión de la obra. Grandes, sonoras carcajadas sellaron nuestro encuentro. Posteriormente, desengañado tal vez de la educación y la burocracia a la que pagaban muy poco, regresó al ejercicio de la abogacía y en la época de Velasco, cuando la Reforma Agraria estaba en su mejor época fue nombrado Vocal del Tribunal Agrario, donde trabajó algunos años y se jubiló. Derviche, experto en Economía Política terminó como magistrado Supremo, pues tal era la categoría que tenía. Decio Rabanal Cárdenas fue otro profesor de Historia Universal, alto, grueso, achinado, este cajamarquino también llegó al Ministerio de Educación como alto funcionario y dejó recuerdos entre sus alumnos del CMLP. 

En Historia de la Cultura estaban Herman Busse de la Guerra quien además era periodista y trabajaba como tal en «El Comercio»; Alfredo di Tolla La Guarda, de estatura mediana, grueso, con una calvicie acentuada, colorado, con vivaces ojillos celestes, tenía paciencia para enseñar y nunca tuvo problemas con sus alumnos; Esteban Hidalgo Santillán, del que ya hice referencia; Ricardo Mariátegui Oliva, José Paz Soldán Garay, Walter Peñaloza R. y Gustavo Pons Muzzo, el conocido escritor tacneño, autor de tantos textos de Historia del Perú y celoso defensor de nuestra integridad territorial. Fue un excelente profesor en el Colegio, después trabajó como Director de una GUE y actualmente es propietario del Colegio San Clemente; sigue en vigencia y últimamente ha defendido con singular vigor la posición contraria a la Convención de Lima firmada entre los gobiernos del Perú y Chile para poner término al tratado del 29. Somos vecinos de barrio y lo he visitado con alguna frecuencia, siempre amable y cariñoso, tiene mucha deferencia por los leonciopradinos. 

Los vericuetos de la Economía Política eran desentrañados por Humberto del Pino Barbarena, atildado y elegante profesor chalaco que era además abogado, alto, delgado con finos anteojos en montura de oro, muy pulcro en el vestir, parecía que iba en competencia con don Lucho Faura en eso de cambiar de tenidas diariamente. Era un buen profesor y mejor amigo. En el Callao fue Presidente de la Beneficencia Pública y desempeñó otros cargos importantes. Cuando hace unos pocos meses atrás tuve que asistir a un sepelio en el Cementerio de Baquíjano, descubrí casi a la entrada su mausoleo familiar. Recé una oración al encuentro del recuerdo del caballeroso doctor Del Pino. 

Luis Landeo y Flavio Villacorta fueron los otros dos profesores que formaron el equipo de Economía Política. 

Jorge Castro Harrison y Carlos Pásara Chávez tuvieron a su cargo Educación Cívica. Castro Harrison fue después Director de la GUE Bartolomé Herrera. 

Estos fueron nuestros maestros, los sembradores de conocimientos, cada cual se esforzó por damos lo mejor y enseñarnos a estudiar, aprender y aplicar los conocimientos adquiridos. 

Y para cerrar con broche de oro esta somera remembranza para los maestros del CMLP del 44 al 46 un recuerdo emocionado a don Julio Chiriboga Vera que llegó al Colegio en 1945 en reemplazo del doctor Manuel Velasco Alvarado y se desempeñó como Director de Estudios. Oscar Franco me dice que era su paisano, ambos nacieron en Huamachuco. 

Hombre de baja estatura, tez cetrina, frente amplia y bigote hitleriano, con un infaltable cigarrillo en los labios. Chiriboga era un maestro afable y gentil que generaba respeto y simpatía. Profundo conocedor de la pedagogía. la metodología y la didáctica, supo dirigir con bondad que no eximía su mano firme todo el proceso educativo y al selecto plantel de profesores con que contaba el colegio. 

Chiriboga con su hablar pausado y su caminar chaplinesco era un maestro que generaba un aura de respeto y admiración; a su lado el nivel que alcanzamos el 44 no solamente se mantuvo, sino que se acrecentó los años 45 y 46 en los que el Colegio llegó a tener casi un millar de cadetes. Profesor universitario, se desempeñaba como catedrático en la Facultad de Educación de la Universidad Nacional de San Marcos en donde siempre me prodigó un trato deferente en atención a mi condición de leonciopradino y fue él quien presidió el jurado de letras en los exámenes de ingreso a la Universidad el año 47. Recuerdo que cuando presenté mi carnet de postulante, Pulgar Vidal miembro del jurado me preguntó ¿es usted cadete naval? tal parecía en mi foto con el uniforme del CMLP. No, no, -lo interrumpió- Chiriboga, cadete del Colegio Militar. ¡Oh qué bien! dijo Pulgar Vidal. Fue un examen minucio-so, pero cualquier temor se me disipó pronto al contemplar la confianda sonrisa de Chiriboga. 

Años después a principios de la década- del 50 lo nombraron como Director de la Gran Unidad Escolar Melitón Carbajal. En ese colegio me acogió cuando se desactivó el Instituto Psicopedagógico Nacional y entonces fui asistente del doctor José Sayán y luego tuve a mi cargo el consultorio dental del anexo nocturno que se llamaba Colegio Nocturno San Marcos. Chiriboga me trató siempre con paternal cariño, y no dudo en afirmar que fue uno de los mejores maestros del Colegio Militar. Es otro de los tantos maestros que partieron al viaje sin retorno y que sin embargo viven en nuestra memoria y recuerdo. 


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