jueves, 26 de agosto de 2021

EL PRIMER ESLABON DE ORO - 22. EL COLEGIO MILITAR Y LA EDUCACION NACIONAL

 EL COLEGIO MILITAR Y LA EDUCACION NACIONAL

Ya conocemos la fecha y circunstancias en las que el gobierno del doctor Manuel Prado creó el Colegio Militar en el año 1943 designándolo con el nombre del heroico inmolado en Huamachuco: Leoncio Prado. Visto el asunto desde nuestra actual perspectiva, cabe plantear algunas preguntas que nos expliquen el por qué de esta creación. ¿Cuáles fueron las motivaciones que decidieron al gobierno a efectuar esta obra? ¿en qué situación se encontraba el país en esa época? ¿cuál era la situación de la educación pública en el Perú? 

Oscar Franco Llague, ex-alumno fundador del CMLP y des-tacado educador peruano, sostiene que "en 1943 estábamos a dos años del término de la segunda guerra mundial, el Perú sustentaba su economía en base a la exportación de materias primas y el primer mandatario de la nación era el doctor Manuel Prado. En ese entonces, y a sangre y fuego, las grandes potencias luchaban por un nuevo ordenamiento de la economía mundial, cuyos resultados, en aquel tiempo imprevisibles, hoy, a cincuenta años, los estamos viviendo y padeciendo como integrantes de una población mundial que ha crecido desmesuradamente, y siendo testigos de un avance hasta límites increíbles de la ciencia y de la técnica, también de una depredación alarmante de la naturaleza" 

"En 1943 el foco de la atención nacional, también de la inter-nacional, estaba dirigida al conflicto bélico y a sus consecuencias in-mediatas. La educación, por ejemplo, no era cuestionada como posteriormente lo sería. En 1943 la labor educativa continuaba las pautas de años anteriores y se pensaba que seguiría desenvolviéndose en la misma forma" 

La creación del primer colegio militar de la república, el que además se pone bajo la égida del héroe de Huamachuco, y cuyo funcionamiento, a partir del 22 de mayo de 1944, nos pone como protagonistas principales, ¿respondió a motivaciones de tipo político? ¿fue producto de la inspiración del algún educador o militar? ¿tenía necesidad el gobierno de establecer una nueva forma de encarar el problema educativo de la juventud? Estas y muchas otras preguntas más podrían hacerse en relación al CM y su funcionamiento dentro del sistema educativo nacional. Lo que resulta evidente es que el gobierno de Prado alentó la creación, organización y funcionamiento de un centro educativo secundario con características muy especiales tanto en el aspecto pedagógico, como en el formativo y el de la preparación física. Además la ocasión fue propicia para honrar y perennizar la figura de Leoncio Prado, hermano del mandatario. Esta creación, como una realización concreta de la política educativa del régimen, fue un acierto, no cabe duda alguna. Además esta creación se inspiró en un proyecto presentando por el entonces Teniente Coronel Juan Mendoza Rodríguez, aunque éste tenía un carácter restrictivo al tratar de convertirlo en una antesala de las carreras militares, fue mejorando en la práctica y permitió que el colegio estuviera abierto a otras vocaciones profesionales. Pero, lo más importante, fue la necesidad de establecer un centro educativo modelo al que se dotó no solamente de una infraestructura adecuada, sino de una excelente planta directriz, docente, administrativa y de servicio. Esta era una experiencia pedagógica inédita y el gobierno le brindó no solamente preferente atención, sino apoyo económico. Posiblemente, también estuvo en el espíritu de los creadores el que el país contara con un gran laboratorio pedagógico en el que se aplicaron las más modernas doctrinas y metodologías existentes, todo esto en base a una selección nacional de alumnos de las más diversas procedencias socio-culturales y económicas. No hubo en esta selección que abarcó todos los departamentos del país y los principales colegios nacionales existentes, presencia de grupos oligárquicos o plutocráticos, en su mayoría los alumnos procedía-mos de familias de clase media y baja y hubo más de uno cuya pro-cedencia estaba ligada a comunidades campesinas del interior del país. Este fue sin lugar a dudas un esfuerzo innovador, democratizador y de integración. 

El pueblo peruano a través del gobierno hizo el esfuerzo eco-nómico necesario para que se dieran las mejores condiciones, a fin de que este experimento educativo tuviera éxito, y, ¡vaya si lo tuvo! Con el CMLP se inició en el país la innovación de métodos y pro-cedimientos pedagógicos para mejorar la educación existente; decir que se inició una reforma sería exagerado, no lo es; sostener que hubo una novedosa innovación y que el proceso educativo tuvo en el régimen de internado de los alumnos un soporte muy importante, no solamente porque aumentaba sustancialmente las horas pedagógicas, de formación y entrenamiento físico y también las de educación técnica, sino porque la diaria convivencia desarrolló una fraterna amistad entre los cadetes y procuró un proceso de integración que terminó con todo tipo de diferencias. Franco Llague sostiene sobre el particular: "320 adolescentes que en 1944 ingresamos al CMLP nos mirábamos como extraños, porque lo éramos, en 1946 egresamos como hermanos, porque lo somos. ¿Fue un milagro lo que ocurrió? Nada de eso; sobre nuestros hombros traíamos el peso de nuestras diferencias individuales, que era lo que nos separaba pero nuestros corazones alimentaban, con la más pura sangre que irriga nuestros cerebros el reto de servir a la patria, que es lo que nos unía". 

Diluyendo lo que nos separaba y fortaleciendo lo que nos unía, se forjó una pléyade de egresados que, diseminados por todos los caminos de la patria, han servido, desde su óptica y capacidad personal, al Perú. 

Esta nueva experiencia educativa, en el ámbito de innovación y progreso dentro del que se desenvolvió, ha dado al país muchos aportes sustantivos que ya han sido estudiados y analizados por di-versos especialistas que a la hora del balance, no han regateado méritos a quienes los dirigieron. El Plan Nacional de Educación de la década del 50 tuvo su inspiración y sustento en el trabajo que se efectuó en el CMLP del 44 al 50, la "época de oro del colegio" a decir de Juan José Vega. En la elaboración de ese plan participaron profesores leonciopradinos como: Rosemberg, Velasco Alvarado, Rabanal Cárdenas, Narváez y otros más, y oficiales como Pedro Marsano y Gustavo Escudero, también el teniente Barrios. 

En fin, mucho es lo que habría que destacar como aporte del CMLP a la Educación Nacional la misma sobre la que se ha intentado muchas reformas educativas en las últimas décadas. Con reformas o sin ellas y con referencia al CMLP debemos subrayar con Franco Llague "cuando hay objetivos y voluntades conjugadas para servir a nuestro país, los resultados, sin necesidad de cambiar esquemas, son positivos. Si se tiene en cuenta que la creación del Colegio Militar Leoncio Prado también fue un experimento educativo, creemos que no se hicieron la evaluación, los reajustes y los cambios que se imponían. El chispazo de la creación de este colegio, fue disminuyendo de intensidad al pasar los años. La culpa: El Estado peruano que no se mueve en una línea de continuidad permanente al servicio del país: los políticos lo han tomado, generalmente, como un botín". 

"Por los frutos los conoceréis" rezan las escrituras, los que ha dado el CMLP al país a lo largo de estos cincuenta años han sido de los mejores y el talento, la dedicación, el sentido de responsabilidad, la entrega al trabajo y la creación de los leonciopradinos han resultado proverbiales. Miles de egresados en el país y en el extranjero honran su formación y a su colegio con el esfuerzo creador de todos los días. 

Nadie puede negar que a partir de la creación del CMLP la educación en el país cambió para bien y que en el proceso de de-mocratización y masificación de la educación en el Perú, el rol ejemplarizador del Leoncio Prado ha sido preeminente.


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