miércoles, 1 de febrero de 2023

CRONICAS DE UN MARTES CUALQUIERA DE CUALQUIER AÑO

Como son las cosas de la vida no? A lo largo del camino de la XIX Promoción siempre encontramos un lugar donde juntar a nuestros corazones. Casi sin querer queriendo, no se si por nostalgia pero sí por el animo de seguir viendo a los patas con los que congeniamos durante los tres años, es que apenas saliditos del colegio buscamos la forma de reunirnos. Fuimos al Restaurant Munich, ahí en el sótano de Belén, donde Gina Deán tocaba en el piano unos blues de antaño y en donde poco  a poco algunos ya le entraban a las chelas, (antes se les llamaba cerveza). Después nos fuimos a  los chifas de la plaza de Armas o de Pueblo Libre.

Ya casi terminando la universidad nos encontrábamos en el Restaurant El Molino (al final de la Av. Brasil) los viernes para jugar sapo y bochas ( puro ron) y se armaban unas chupas bravas que a veces terminaban en revolcones por cosas de nuestra juventud. Aun teníamos la energía y fuerza para ”picarnos” y darnos un saltito en el aire y con la mangas arremangadas. Flirteos que no pasaban de un fuerte apretón . Como la cosas se ponían difíciles, quedamos en reunirnos los miércoles (porque los viernes era ya  difícil debido a que  estábamos de plan o tenia mos que salir a alguna reunión familiar) en el famoso CORA de Roberto Reyes.


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,por supuesto de nuestra querida XIX Ahí estuvimos llueva o truene los miércoles a partir de las ocho de la noche hasta morir. Cuantas anécdotas se contaran acerca de esas reuniones donde a veces el gordo Lavarello se preparaba unos saltados de carne a la 1 PM para calmar la hambruna .Creo que estuvimos casi 15 años y era el lugar donde caían los hermanos de la XIX desde donde vinieran. Eso era lo bueno, todos sabían que los miércoles podían encontrar a un hermano de siempre. Ya casados ,con familias y trabajos que conservar, los concurrentes  fueron disminuyendo hasta que nadie fue y solo nos quedó decir hasta cuando? Proseguimos jugando fulbito en el Centro Naval y ahí pasábamos al comedor. Hasta que no fueron los marinos y nuevamente los corazones se quedaron solitarios. 

Por esas cosas de la vida nos juntamos un día con algunos  muchanchones  de la XVIII en un lugar de la Av. Aviación donde preparaban caldo de gallina, como por encanto los concurrentes de nuestra promo nos miramos a los  ojos y dijimos acá es. Por solo 5 soles hacíamos terapia de grupo. Ya no se  tomaba, (ya muchos habían tirado la esponja por la salud…tanto salud), solo nuestro caldito y nuestras famosas charlas del caldo.

Éramos dueños del local porque Lalo Colchado cantaba, Marcos Sovero, hacia la del muertito, Huguito Castro metía lió, Alberto Romero y el Chino Garcia comían como locos pero solapas y  todo entre nosotros. Muchos de los que hoy están en el extranjero lo conocen .Así fueron cayendo uno a uno desde donde vinieran. Lamentablemente por evasión de impuestos cerraron el local y nuevamente a buscar, felizmente a la siguiente cuadra estaba el restaurante el Lomito donde también hacen caldo de gallina pero para tres y todos los platos son para tres o sea que ahora comen  como tres. Sin embargo, y aquí iba el comentario, nos permite que martes a martes podamos reunirnos como si el tiempo no hubiese pasado. Si se contara las historias de cada martes estas llenarían muchas paginas y  mojarían muchos pañuelos. Noche a noche salen a relucir cosas nuevas de momentos vividos en conjunto o en solitario. Además el solo vernos es sentir una emoción indescriptible porque anhelamos que llegue el martes para estrecharnos en un abrazo físico y simbólico con los que no llegan. Más aun con los que nos adelantaron en el camino de la luz eterna nos comunicamos porque sentimos su presencia evocando cada gesto y cada hecho que nos recuerda a ese hermano ausente.

Ya los dueños y mozitas saben que esa noche vendrán de todos los sitios inimaginables (algunos directamente del aeropuerto o de la agencia cuando recalan por Lima) unos señores algo canositos, algo gorditos pero que fastidian y se ríen como si tuvieran 20 años. Que no hacemos en estas cuantas horas de vernos. Nos saludamos con un fuerte abrazo y con un beso a la mejilla (eso que no somos de la cosa nostra) .Los comensales se quedan mirándonos, algunos  con sorpresa, otros con admiración y los mas jóvenes con alegría. Muchas veces nos han preguntado quienes somos y porque nos reunimos. Cuando les contamos no creen que hemos salido de un mismo colegio y hace mas de 40 años. No pueden entender que somos una hermandad nacida en unas paredes húmedas y con olor a  mar en donde nos cobijamos, siendo unos niños aun, y que al juntar nuestras inquietudes y corazones encendimos la llama de la hermandad promocional. Solo el que es leonciopradino entiende esto.

Son momentos mágicos porque después cada uno vuelve a su normalidad de vida.. Me acuerdo mucho que un compañero nuestro criticaba esas reuniones porque eran innecesarias y solo eran pérdidas de tiempo, que no habían madurado etc. Un día lo invite al Cora, el todo formal veía llegar uno a uno y no cabía de la sorpresa al verlos diferentes, mas cuajados, mas maduros. Se le quitó toda la formalidad, tomó sus tragos, se puso a bailar twist, a cantar popotitos y no se que mas hizo. Es decir rompió sus esquemas mentales. Cuando me encontré con su esposa me dijo que siempre nos lo  llevemos porque vino recontra pilas.

 Los martes son momentos de terapia grupal, de relax, de olvidarse de las pesadillas del día a día, de las tensiones de l trabajo o del sin trabajo, de las responsabilidades. Es decir es plenitud de libertad. Así es mis hermanos, ya se ha hecho famoso ese sitio y ya saben que  todos los que están y en donde estén saben que los martes a partir de las nueve en ese local o en algún  otro, habrá un  corazón de la XIX  esperándolos. De repente, algún día, y  ojalá  lleguemos a ese momento en que entremos a un sitio así y nos encontremos con una persona muy canosa y anciana pero que en sus pupilas seguirá brillando esa mirada pícara que conocimos el siglo pasado y al encontrarse nuestras miradas silenciosamente los brazos se abrirán para estrecharnos en un suave y profundo abrazo y casi al oído diremos : hermano de siempre recio el corazón de la XIX POR SIEMPRE.


Pepelucho














IMÁGENES DE MOMENTOS INOLVIDABLES Y LLENOS DE EMOCIÓN





( Del Libro de Oro de la XIX Promocion)

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