UN PASEO CON “EL VIEJO”
Por ;
Marco H. Paredes
En Marzo de 1970, yo era un impetuoso, beligerante y autosuficiente
jovencito, miembro conspicuo del "Comando Universitario
Aprista", base Universidad Nacional de Ingeniería, UNI, con el cual
ostentaba orgulloso el título de cofundador, del ARE ( Alianza Revolucionaria
Estudiantil), en la UNI. El ARE era el organismo de fachada del Partido Aprista
en las Universidades del País y al cual, los comunistas universitarios, a
quienes llamábamos “rabanitos", (por ser blancos por dentro y rojos por
fuera),temían; ya sea por su visible organización o por su cimentada
preparación ideológica que los enfrentaba en toda polémica o debate al interior
de las aulas.
Recientemente había terminado mi carrera universitaria en la UNI después
del cierre de la universidad por dos años, que significó el golpe de estado del
Gral. Velazco Alvarado . Tenía pendientes mi tesis de Bachiller y mi
tesis de Grado . Para ayudarme a financiar mis estudios y mis necesidades por las
forzadas “vacaciones” impuestas por la dictadura velasquista había sido,
y/o era, vendedor de libros a domicilio al mismo tiempo que , con un amigo,
Jorge Rostagno, nos dedicábamos a imprimir las notas ( que tomábamos en clase )
de los cursos que llevábamos y no tenían libro disponible de referencia por
estar impresos en ruso, alemán u otros idiomas. Todos los perezosos
nos compraban nuestras notas bien claritas y ordenadas; era un buen negocio ya
que, otro amigo, Pepe Santivañez, nos las imprimía a puro “stencil”, por casi
nada. También, con Jorge Ordóñez, mucho más tarde Ministro de Economía Aprista,
dábamos servicios de recolección de datos estadísticos de mercado para una
empresa conectada con la IBM, al mismo tiempo que fungía de simple mensajero
para los eventos que realizaba la “Comisión Economica Para America Latina”,
CEPAL, en Lima.
Por otro lado, gracias a las recomendaciónes de mi primo Anibal
Paredes, Gerente en las Empresas Electricas, y a la nobleza del gran periodista
Don Pedro Cortazar, brindaba mis "servicios"al diario "La
Prensa" haciendo de todo: desde porta pliegos hasta
"cazador" de noticias en las comisarías. Así, ahí, terminaban mis
labores diarias a eso de la media noche, entre tombos, detenidos y salas de
redacción llenas de humo, para luego irme a tocar saxofon en algún Club
Nocturno de Lima , individualmente, o en algún conjunto que de vez en
cuando me contrataba, como remplazo, para tocar en el "Embassy" de la
Plaza San Martín hasta las 3 de la mañana. Se dio, incluso, que, con unos
amigos , algunos de ellos de renombre artístico posterior, formamos la nunca
conocida "Orquesta Continente" , grupo mas empeñozo que virtuoso,
destinado a animar las matinales funciones y fiestas pro-promo de las
quinceañeras próximas a celebrar la culminación de sus estudios secundarios,
con eventos que se celebraban con toda pompa ya sea en el Cine Tauro, de mi
amigo Alfredo Zanatti, o en los locales de los clubes provincianos del Paseo
Colon.
Durante mis años universitarios estrené el Jockey Club en el inicio
de sus carreras nocturnas vendiendo boletos en la Tribuna de Socios. Fui Jefe
de Prácticas y después profesor de Matemáticas Superiores, Geometria Analitica
y Cálculo Diferencial e Integral en la Universidad Nacional Federico Villarreal.
Yo era el auxiliar jefe de prácticas que enseñaba, mientras el señor senador
titular de la cátedra solo cobraba por la “exigencia”de sus responsabilidades.
Era asimismo profesor de Trigonometría y copropietario de la academia
pre-Universitaria "Ateneo Matemático", llegando después a ser
profesor de la FAP, en la Escuela de Aviación, con el curso "Ingenieria de
Tráfico" y del Instituto Tecnológico Superior José Pardo" con el
curso "Electrotecnia". En muchas de estas actividades académicas la
primera media hora la dedicábamos, cuando podiammos, al análisis y discusión de
la realidad política del país . En Marzo de ese año mi esposa estaba en cinta
de mi primer hijo -hombre- que nació en Julio y se llamaría también Marco, y ya
para entonces gozaba de los beneficios de mi destartalado, impenitente, bien
amado y nunca bien tratado "Avispon Blanco"... mi Volkswagen
alemán, el primer carro que adquirí con esfuerzo, con mis propios recursos,
complementados con un poquito de suerte que me dio un "vale triple"
del Jockey Club donde trabajaba los Jueves en las noches. Así llegué a los
70's, con juveniles briosos años , full chamba , dinámico, activo, cargado de
emoción social y ávido de ser dueño del mundo y transformarlo.
Pero las motivaciones no eran sólo hormonales. La generación de los
60’s había sufrido con el golpe de estado de Velasco Alvarado. De pronto todo
se volvió confuso y desordenado. Se diría que Velasco realizaba las ilusiones y
postulados apristas, a pesar de la represion masiva y la conculcacion de los
derechos y libertades fundamentales. Muchos apristas, amigos, compañeros,
abrazaron a Velasco y trabajaron para “ su revolución”. Uno de ellos fue
Gonzalo García Nuñez, gran economista aprista de la facultad de Ingeniería
Industrial de la UNI. Gonzalo un día me contactó y en plan de seducción me
paseó por esas oficinas donde él era el factótum y desde donde se gestaba parte
de la revolución velasquista. Mi primera impresión fue de sorpresa por la
cantidad de rostros apristas conocidos que encontré. La segunda fue darme
cuenta lo difícil que era que los militares gestaran una revolución, un cambio.
Gonzalo estaba sumido con su habitual inteligencia en el Sistema Nacional de
Movilización Social de Velasco, SINAMOS, el cual tenía por objeto estimular la intervención
del pueblo peruano, a través de organizaciones autónomas, en todas las tareas
encaminadas a resolver los diversos problemas que afectaban a los hombres y
mujeres del Perú». Le agradecí a Gonzalo; aunque el objetivo era claro,
discrepaba con la forma. Más tarde lo vería como perseguidor de jueces en el
desaparecido Consejo Nacional de la Magistratura y como candidato a la
vicepresidencia en la postulación fallida de Ollanta Humala. Para mi,
lamentablemente, estaba fuera de toda consistencia.
Al final, lo de Velasco fue un movimiento que sacudió a mi generación.
Fue una revolución mal hecha, sin principios consolidados ni planes
claros, con oportunistas que -como siempre- en algún momento de
esos trances aplaudieron y vitorearon las apariciones de advenedizos que
a la postre no solo buscaron satisfacciones ególatras, sino tambien el
recargarse los bolsillos con el dinero del pueblo.
Pero aparte de esto, que parece ser un lugar común en la historia del
Perú, hubieron hechos que marcaron esta generación de los 60’s, entre ellos: la
reaparición y el fortalecimiento del pensamiento social revolucionario con
personas como: Luis De la Puente, fundador del MIR; Héctor Bejar, fundador del
ELN, y Javier Heraud intelectual y poeta de izquierda. Todos ellos guerrilleros
-no terroristas- pero que lamentablemente fueron el preámbulo para el
surgimiento posterior del nefasto y cobarde terrorismo asesino de Abimael
Guzman. Es en esa coyuntura generacional donde se destaca la preclara posición
del Aprismo con personajes como Luis Felipe de Las Casas, acentuándose como un
movimiento de izquierda democrática, ajeno a toda sangre y aventura dictatorial
comunista.”Ni con Washington ni Moscú”afirmaba el Apra.
Con Velasco, nuestra generación sufrió inevitables confusiones y
debacles. La vida juvenil Aprista se trastocó . Una mañana, pocos días después
del 3 de octubre de 1968, con Javier Pocho Tantalean ( más tarde Presidente del
Instituto Nacional de Planificación) Estuardo Muñiz ( más tarde viceministro de
salud), Gonzalo García ( como dijimos, más tarde candidato a vicepresidente de
la Republica), Fernando Arias ( miembro del Buró de Conjunciones de Víctor Raúl
Haya de la Torre, VRHT ) y con Ilda Urizar ( mas tarde también Diputada, así
como Ministra de Salud), nos dirigimos desorientados y ávidos de noticias
a la casa de nuestro líder Aprista : Armando Villanueva, en San Isidro. Haya
estaba ausente y Armando era a la sazón Secretario General del Apra y senador
destituido por el dictador. En la reunión, Armando nos expuso la situación y
nos dio algunas orientaciones. Nuestra sorpresa fue grande cuando al día
siguiente en el diario " El Comercio" apareció -casi textualmente-
todo lo tratado con Armando Villanueva. La traición nunca estuvo ausente en el Partido
de VRHT, “El Jefe” fundador del Partido Aprista Peruano, o “El Viejo” como
cariñosamente le llamaban los más allegados a él.
Tardamos unos días más en enterarnos que el flamante Ministro de
Pesquería y uno de los coautores del golpe de estado, era el Gral. Javier
Tantalean Vanini...el padre de Pocho Tantalean. Ese fue un hito en las
deserciones apristas de las que hablábamos en la época de Velasco.
Traiciones y persecución de dirigentes apristas, que con la aparición en
escena de VRHT en lugar de debilitarla, la fortalecieron aún más.
Con la orientación moral del ilustre Isaac Espinoza Recavarren ( Don
Isaac), un anciano y legendario aprista, huésped de mil prisiones y víctima de
otras tantas vejaciones políticas, operábamos desde la clandestinidad en
su austero departamento en el tercer piso de un edificio de la cuadra 20 de la
Avenida Arenales, en Lince,Lima. Tratábamos de analizar los sucesos
y planificar acciones para retornar a la democracia. En esta labor, en estas
idas, venidas y coordinaciones, en medio de falencias de mantenimientos y
claros visos de carcochita enfermiza, el siempre ponderado “Avispon Blanco”
cumplia su mision, hasta que un buen dia cayó...con nosotros adentro.
Esa era mi vida en los 60’s, la de cualquier joven ciudadano, apasionado,
ávido de amor y conocimiento de su país. Informado. Participativo,
decidido, altivo y hasta beligerante en la defensa de sus principios. Vida que
giraba y se balanceaba , apasionadamente, entre la satisfacción de las
necesidades materiales imperantes, y la fuerza vigorosa de las ideas,que
nutrían nuestras jóvenes mentes ansiosas de concebir acciones de cambio libres
de las contaminaciones doctrinarias maniqueas imperantes, haciéndonos imaginar
un mundo diferente en medio de un país samaqueado por las izquierdas a veces
poéticas y utópicas y normalmente sanguinarias, ineptas o ambiciosas
Haya ya estaba de regreso y en la casa de Don Isaac planeamos una
actividad anti golpe: minúscula, pequeña, pero ansiábamos hacer sentir nuestra
voz. En circulos politicos era clara la posición contraria del APRA contra la
dictadura izquierdista, asi como tambien era evidente la migracion de muchos
conspicuos apristas a sus filas. Ese dia de febrero de 1970 el “Avispon Blanco”
fue avistado conducido por mi y con Ilda Urizar, Fernando Arias y Salvador
Gamero ( un activista aprista de la UNMSM), todos adentro… y sucedió lo que la
policía (“soplona”) sabía hacer.
Al dia siguiente, Ilda fue detenida y despues apresada preventivamente en
el penal de Chorrillos . A mi me buscaron en mi casa; me esperaron
pacientemente y apenas abordé al Avispon me calleron encima. Fueron dias en
Seguridad del Estado, la Brigada Criminal de El Sexto, el calabozo del Palacio
de Justicia y el novisimo penal de Lurigancho donde fui a parar en prision
preventiva solo por ser aprista, con una “declaracion“ falsa -hecha a la
medida- no firmada por mi, sin huella digital y con la acusacion que mas les
calzaba a ellos : “atentar contra la constitucion y la seguridad del estado“.
Las peripecias de lo vivido en estos 15 días y los trances soportados, las he
volcado en otras notas. Así, un dia de marzo de 1970, fui llamado a las
oficinas de la policia judicial del penal a fin de preparar el atestado
para el juicio penal.
El capitan Bragnini ( así se llamaba)abogado de la policia judicial, se
sorprendió al ver mi “declaración” en el expediente. Me dijo: “esto no esta
firmado... ¿lo va a firmar?“ “No señor“ -le respondi- “me he negado a firmar
algo que jamas he dicho y me ratifico“. El oficial -molesto- murmuró algo sobre
la incompetencia y abuso de los responsables y concluyó: “ regresa a tu sitio y
sigue haciendo lo que debes…”compañero”. A los pocos dias, portando mis pocas
cosas envueltas en una sábana, mi hermano mayor David ( Capitán de Fragata de
la Marina) me recogía desde la puerta del penal de Lurigancho.
La verdad es que este incidente -aparte de rebelarme- me enseñó a ver a
las personas más allá de sus caras y los carteles que exhiben. Por otro lado,
ya había pasado 3 años en un establecimiento militar como el Colegio Militar
Leoncio Prado y, la verdad, como que no extrañaba mucho esa vida, rutinaria sí,
pero también muy ordenada y formadora. Nunca olvidaré esos años. Mi hermano
David me sentenció a no salir de casa por un tiempo, cosa que admito, cumplí
hasta que se aparecieron en mi casa del Pasaje García Calderón, en El Cercado,
Fernando Arias y la “gringa” Ilda Urízar. Lo hicieron casi de inmediato que se
enteraron de mi libertad. Ambos me atosigaron de preguntas y me obligaron a
contar los pormenores de mi detención . La Gringa hizo lo mismo con lo pasado
con ella. Después de analizar y meditar sobre esos hechos, terminamos
riéndonos y burlándonos de la policía política de la dictadura y
con una coca-cola gigante seca, Fernando se puso de pie para retirarse,
pero antes, mirándome fijamente a los ojos me dijo : “tío ( así me llamaba por
una sobrina guapa que le gustaba ), mañana en la noche nos juntamos para ir al
Partido. Hay alguien que quiere conversar contigo.” Se retiraron, ambos, y yo
me sentí reconfortado por la tan valiosa amistad que me brindaban los dos que
-sostenía- tenían todas las cualidades para conformar el grupo de grandes
dirigentes del Partido del mañana.
No me equivoque: años después Ilda Urizar, médico pediatra de profesión,
fue nombrada Ministra de Salud y reconocida como la primera mujer ministra en
la historia republicana del país. También fue la primera mujer Secretaria
General del Partido Aprista y diputada dos veces por Lima. Su fallecimiento
prematuro fue muy sentido y yo tuve la suerte de despedirme de ella. La llamé
por teléfono desde Santo Domingo, donde trabajaba -por esa época- para Naciones
Unidas. Fue pocas horas antes de que se fuera.
La sede del Partido Aprista es la denominada “Casa del Pueblo “y fue el
quinto local sede, en Lima, desde 1930. Es una antigua casona y constituye un
símbolo del APRA. Tiene historia: desde 1948 está ubicada en las medianías de
la Av. Alfonso Ugarte, en la que antes fuese la faustuosa Av. Leguía. En 1992
el dictador Fujimori ordenó su intervención militar. Mucho antes, se ubicaba en
la cuadra 10 de la calle Belén, cercana a la Plaza San Martin. Es el lugar
donde el fundador del Partido Aprista, VRHT, dictaba sus famosos “coloquios”
que todos nosotros seguíamos con atención. La Av.Alfonso Ugarte era conocida
también como la “Avenida de los pañuelos blancos”como un reconocimiento popular
a la presencia del aprismo en la capital del Perú y en alusión al ritual
aprista de saludar a sus lideres con pañuelos blancos, símbolos de lealtad y
fraternidad. La Casa del Pueblo tiene varias aulas y una gran “Aula Magna
“donde se lee: “Solo Dios salvará tu alma, solo el Apra salvará al Perú”.
Traspasando el enrejado de la entrada y sobrepasando un patio exterior con
acceso a la Cafetería del Pueblo y a los Comedores Populares, aparece la
magnificencia de una gran puerta de entrada al edificio principal del que algún
día fue el Colegio Hipólito Unanue. En el primer piso, se encuentra la Jefatura
donde despachaba Haya. Ahí, personalmente escuchaba al pueblo y a los
compañeros del partido. En este mismo piso se encontraba la Dirección Nacional
de Política. Una solemne escalera daba acceso al segundo piso donde se
encuentran las oficinas de la Presidencia del Partido, la Gerencia General, la
Secretaria General y el Tribunal de Ética Moral. Cerca al patio interior que
sigue al edificio principal, se encuentran las aulas de la Escuela Nacional de
Oratoria y de las Academias “Antenor Orrego”, nombrada así en honor al
distinguido filosofo aprista. Al fondo se encuentra el Aula Magna y hacia la
izquierda el patio de deportes.
Desde el enrejado de la fachada, siguiendo por el patio de entrada, la
puerta del edificio principal, el primer piso del edificio principal, el patio
interior donde estaba el Aula Magna, así como las salas del segundo piso, todo
esto, constituía una ruta habitual: el “paseo” que, “el Jefe”, como
cariñosamente lo llamábamos, recorría las veces que, desde su casa en Villa
Mercedes, llegaba al partido, normalmente todos los días a eso de las
10pm, cuando se encontraba en Lima. Efectuaba ese recorrido a paso lento.
Iniciaba su paseo rodeado de dirigentes, compañeros y una variopinta de
simpatizantes, algunos sorprendidos, mostrando siempre una sonrisa afable,
optimista, entrando en cada puerta abierta que a su paso encontraba.
Conversando, preguntando, aconsejando; imponiéndose con su majestuosa presencia
y personalidad. Un detalle: en algunas oportunidades llevaba a alguien a su
costado con su brazo derecho puesto sobre el hombro derecho de este; el
mismo que lo acompañaba durante todo el recorrido.
El viernes 21 de marzo de 1970 a las 9pm. Me encontraba yo en la
Cafetería del Pueblo acompañado de Fernando Arias y la Gringa Ilda.
Disfrutábamos de una sabrosa y típica “picada” ( hot dog con papas fritas)y
comentábamos aun lo acontecido con ambos cuando nos sorprendió un fuerte
murmullo de personas que se apresuraban con dirección a la entrada. Fernando se
puso de pie y como que ordenó -tio, gringa, vámonos-. Embutimos lo que quedaba
de nuestra “picada” y nos apresuramos hacia la entrada. Yo todavía seguía
intrigado..
Y ahí estaba él, ya con los años puestos, pero erguido y monumental. Con
el mismo terno de siempre pero digno, grave, venerable; de andar lento…como
flotando.
Por un momento me quedé quieto, pero Fernando nos apuró -vamos tío,
sígueme- dijo, mientras se habría paso entre los concurrentes para llegar hasta
el Jefe.Sentí una mirada mordaz, profunda, penetrante. Me sentí analizado hasta
en el último recodo de mi existencia, seguido de un chorro silencioso de paz,
de tranquilidad. No dijo nada, …¿o si dijo?. Dijo simplemente: sé bienvenido a
mi movido mundo, de consentidas privaciones; al mundo de ingratas,
dolientes,pero esperanzadoras prisiones; o quizás dijo: ¿eres tú? ¿el que está
dispuesto a ordenarse y alimentarse con el cuerpo magullado de un altísimo, en
las constantes misas a las que nunca asistiremos?, ¿o eres tú el que será
testigo de los pasos dados con aquellas huellas indelebles que jamás voltearé a
ver, porque los pueblos y sus gentes solo serán alcanzados con la
concentración, el vigor y la perseverancia en el andar?,¿ o quizás eres tú el
solo el transito de tu fe, el mismo que luego sucumbirá a los vaivenes
placenteros de una convicción que fue y paso a paso se aleja? ; no lo sé.
Lo cierto es que, después de ser señalado y auscultado, extendió su largo y
pesado brazo derecho y, al mismo tiempo que me decía: “ven, vamos a dar un
paseo”, reposaba su brazo sobre mi hombro derecho y …empezamos a caminar.
Sí, fue “el paseo”. Uno para no olvidar. Muchas décadas han pasado y con
ellas, el devenir del tiempo . Yo había visto antes al “Viejo”. incluso había
conversado con él, pero jamas me había impuesto su presencia en olor a multitud
como en el paseo. Las pocas veces que lo trate,fue en el local de Alfonso
Ugarte y su presencia siempre me devino en majestuosa, respetable, imponente,
grandiosa, a la par que venerable; dentro de un contraste mágico donde,
curiosamente, lo espantoso, pavoroso, aterrador y terrorífico de su
majestad se fundían con su afable, bondadosa y arrolladora personalidad .
Recuerdo aún con nostalgia sus santas iras cuando con Fernando Arias y otros
compañeros tratamos de conformar el grupo “Nueva Actitud”basados en la
filosofía de Marcuse, un filósofo germano-americano quien criticaba el
contenido represivo y alienante del sistema social de dominación, a la luz de
las posibilidades reales de transformación.
La humanidad ha otorgado a VRHT, un gran hombre, un lugar preferencial en
la Historia del Perú, de Latinoamérica y del mundo entero que supo de él, al
lado de los grandes líderes y pensadores inmortales.
Lima Abril 2024
#EMEpe
Marco H. Paredes Gálvez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario