jueves, 19 de abril de 2018

¡¿TE ACUERDAS PROMOCIÓN?!




Caballeros cadetes, un vídeo hizo que retorne a mis años maravillosos, lo comparto con todas las promociones porque cada una de ellas han pasado por las mismas circunstancias. Sigamos uniendo a nuestra gran familia leonciopradina.

                                                        Rodolfo Mendoza
       
                                                 Tombitocmlp16

Artículo perteneciente a la GACETA LEONCIOPRADINA

Editor: Kique Wong VIII CMLP



                          ¡¿TE ACUERDAS PROMOCIÓN?!




¿Te acuerdas promoción? Los monitores gritando, carajeando, castigando con saltos de rana y planchas. ¿Fue  todo un reto, verdad? Éramos aún mozuelos entre 13 y 15 años, esas viejas tradiciones que tuvimos que soportar y padecer, sí, padecer promoción o no te acuerdas de cuántas veces besamos el piso cuando ya no podíamos más con las planchas, cómo “requintábamos” a las vacas por lo bajo ¿Verdad promo?
El Colegio Militar Leoncio Prado, alma mater de grandes hombres, allí estuvimos durante tres años maravillosos mi querido Zambito, con cuantas ilusiones, proyectos y sueños ingresamos, para que primero nos saquen la “michi”…”Perro cuádrate, perro cántame un bolero que estoy enamorado, oye cancito, ven hijo, lústrame mis dos pares de botines y límpiame bien los escarpines”.
-       ¿Sabes promo? me cansé de esta vaina, me retiro, pediré mi baja, no soporto más, regreso a mi colegio.
-       Mi hermano, cuando vi por primera vez a un leonciopradino por mi barrio, con su uniforme de muchos botones dorados, su quepí y guantes blancos, me ilusioné y comencé a soñar con algo que era imposible, pero mi viejita convenció a mi padre y consiguieron el importe de los pagos para el internado. No sólo eso me impide pensar lo mismo que tú, esto es pasajero Zambito, una vaca me ha conversado y dice que la hermandad en que se convierte cada promoción nueva es eterna, espérate deja que pase el mes de adaptación y verás que ya no seguirás con esa idea que no te aconsejo hacerla. Hoy es viernes y pasarán una película y mañana saldremos a nuestra primera marcha de campaña, será lindo, estoy seguro que nos gustará porque será el momento de vernos como verdaderos soldados. Vamos, di que sí promoción, somos patas y me daría mucha pena dejar de verte todos los días.

    

Poco a poco fuimos creciendo como soldados, los altos dejaron de marchar encorvados y los chatos pudimos asir y manejar el fúsil Máuser, compañero fiel durante nuestros tres años de cadetes leonciopradinos. Te acuerdas promo que después diste las gracias a Dios por no haber pedido tu baja, fuiste campeón en atletismo y hoy eres uno de los hermanos más admirados y queridos de nuestra gloriosa promoción. Te acuerdas, de ese Chivo Balín, pucha que era una mole, un ángulo recto – castigo realizado con una patada en el trasero- de él, era para escuchar las clases de pié… ¡Jajajajajaja! Tenemos cada recuerdo que hoy sinceramente nos da risa ¿Verdad mi hermano? Qué emoción, cuando recibimos los uniformes de gala, para las salidas de fin de semana, esa noche no dormimos, la pasamos probándonos y cambiando las polacas y quepís entre nosotros. Una gran diferencia entre el uniforme beige con borceguíes y cristina con el uniforme azulino de 21 botones dorados en el pecho, todos caminábamos y pedíamos observaciones para no fallar en la salida y demostrar que verdaderamente ya éramos caballeros cadetes del primer colegio militar del Perú. Recuerdo mucho Zambito, que me contaste la impresión que sintió tu noviecita de entonces y lo orgullosos que estuvieron mis viejitos. Inolvidables momentos que vivimos a una hermosa edad, qué tiempos ¿Verdad? Sólo era nuestra preocupación salir invictos en los exámenes y lucir el cordón de distinguido y mejor aún el dorado de honor.

                                         


                               
Así como el águila aprende a volar, así nosotros los nuevos leonciopradinos, llegamos a aprender a ser soldados, a aprender de las viejas tradiciones, a ser como hermanos de sangre, a padecer mil y una vicisitud castrense y sobre todo a ser la más hermosa familia, que empezó cuando ingresamos, cuando desfilamos, cuando nos alejamos de nuestra alma mater y que hoy a pesar del tiempo y la distancia, seguimos tan unidos como ese gran día en que nos incorporamos para ser una de las mejores promociones del… Colegio Militar Leoncio Prado.
Cada uno de nuestra promoción tenía su propio mundo cuando llegaban a sus casas, con sus padres, sus amigos y su estatus social, en el colegio que tanto amamos, todos éramos iguales, vestíamos igual, comíamos igual, y teníamos igual las mismas oportunidades, todo dependía de nuestra preocupación y decisión para salir adelante en nuestros estudios. Ver este vídeo, me hace sentir nostalgia por todo lo bueno que nos ha dado nuestro CMLP, tuvimos instructores militares inflexibles en la disciplina castrense, así como también aquellos que además nos trataban como familia en las horas de descanso, de ellos aprendimos a ser comprensibles en la vida y de los inflexibles poseemos el ser férreos con nosotros y los que nos rodean, para sacar adelante proyectos, trabajos, etc.
   



Promoción tú que me lees, también recuerdas lo duro, lo alegre, lo hermoso, lo fraterno, lo emocionante, lo triste también cuando hemos perdido durante la etapa del colegio a hermanos que hoy están en el cielo, eso nos hizo ser mucho más duros para enfrentar las vicisitudes de la vida que nos aguardaba ya fuera de nuestra alma mater. Muchos de nosotros, nos casamos con nuestra noviecita de entonces y otros después de salir del colegio y universidad, muchos alcanzaron el éxito, con trabajo y perseverancia en el Perú así como en el extranjero, sin embargo mi querido promoción, jamás dejamos de vernos, de leernos, de apoyarnos, de compartir reencuentros y sobre todo desfilar como antes, como siempre, hoy, como excadetes.

                                 

        
Cada lugar dentro del CMLP: las cuadras, los camarotes, los fusiles Máuser, el malacate, las aulas, el comedor, el auditorio, la enfermería, por más que estén guardados en los almacenes y en algún lugar del tiempo, así como también las arenas y terreno pedregoso, fuera del plantel, conservan aún nuestros olores, nuestras huellas, nuestros sudores y sobre todo la pista central tiene todavía marcadas las huellas de nuestro gallardo paso de desfile, donde dejamos nuestras alegrías, sufrimientos, aspiraciones, emoción, felicidad y el más grande orgullo de ser todavía …los Caballeros cadetes… del Colegio Militar Leoncio Prado.



                 ¡SEGUIREMOS BRILLANDO, SIEMPRE, COMO AZUL HOGUERA!

Rodolfo Mendoza
Tombitocmlp16




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