Caballeros cadetes, un
vídeo hizo que retorne a mis años maravillosos, lo comparto con todas las
promociones porque cada una de ellas han pasado por las mismas circunstancias.
Sigamos uniendo a nuestra gran familia leonciopradina.
Rodolfo Mendoza
Tombitocmlp16
Artículo perteneciente a
la GACETA LEONCIOPRADINA
Editor: Kique Wong VIII
CMLP
¡¿TE ACUERDAS
PROMOCIÓN?!
¿Te acuerdas promoción?
Los monitores gritando, carajeando, castigando con saltos de rana y planchas.
¿Fue todo un reto, verdad? Éramos aún
mozuelos entre 13 y 15 años, esas viejas tradiciones que tuvimos que soportar y
padecer, sí, padecer promoción o no te acuerdas de cuántas veces besamos el
piso cuando ya no podíamos más con las planchas, cómo “requintábamos” a las
vacas por lo bajo ¿Verdad promo?
El Colegio Militar
Leoncio Prado, alma mater de grandes hombres, allí estuvimos durante tres años
maravillosos mi querido Zambito, con cuantas ilusiones, proyectos y sueños
ingresamos, para que primero nos saquen la “michi”…”Perro cuádrate, perro
cántame un bolero que estoy enamorado, oye cancito, ven hijo, lústrame mis dos
pares de botines y límpiame bien los escarpines”.
- ¿Sabes promo? me cansé de esta vaina, me
retiro, pediré mi baja, no soporto más, regreso a mi colegio.
- Mi hermano, cuando vi por primera vez a
un leonciopradino por mi barrio, con su uniforme de muchos botones dorados, su
quepí y guantes blancos, me ilusioné y comencé a soñar con algo que era
imposible, pero mi viejita convenció a mi padre y consiguieron el importe de
los pagos para el internado. No sólo eso me impide pensar lo mismo que tú, esto
es pasajero Zambito, una vaca me ha conversado y dice que la hermandad en que
se convierte cada promoción nueva es eterna, espérate deja que pase el mes de
adaptación y verás que ya no seguirás con esa idea que no te aconsejo hacerla.
Hoy es viernes y pasarán una película y mañana saldremos a nuestra primera
marcha de campaña, será lindo, estoy seguro que nos gustará porque será el
momento de vernos como verdaderos soldados. Vamos, di que sí promoción, somos
patas y me daría mucha pena dejar de verte todos los días.
Poco a poco fuimos
creciendo como soldados, los altos dejaron de marchar encorvados y los chatos
pudimos asir y manejar el fúsil Máuser, compañero fiel durante nuestros tres
años de cadetes leonciopradinos. Te acuerdas promo que después diste las
gracias a Dios por no haber pedido tu baja, fuiste campeón en atletismo y hoy
eres uno de los hermanos más admirados y queridos de nuestra gloriosa
promoción. Te acuerdas, de ese Chivo Balín, pucha que era una mole, un ángulo
recto – castigo realizado con una patada en el trasero- de él, era para
escuchar las clases de pié… ¡Jajajajajaja! Tenemos cada recuerdo que hoy
sinceramente nos da risa ¿Verdad mi hermano? Qué emoción, cuando recibimos los
uniformes de gala, para las salidas de fin de semana, esa noche no dormimos, la
pasamos probándonos y cambiando las polacas y quepís entre nosotros. Una gran
diferencia entre el uniforme beige con borceguíes y cristina con el uniforme
azulino de 21 botones dorados en el pecho, todos caminábamos y pedíamos
observaciones para no fallar en la salida y demostrar que verdaderamente ya éramos
caballeros cadetes del primer colegio militar del Perú. Recuerdo mucho Zambito,
que me contaste la impresión que sintió tu noviecita de entonces y lo
orgullosos que estuvieron mis viejitos. Inolvidables momentos que vivimos a una
hermosa edad, qué tiempos ¿Verdad? Sólo era nuestra preocupación salir invictos
en los exámenes y lucir el cordón de distinguido y mejor aún el dorado de
honor.
Así como el águila
aprende a volar, así nosotros los nuevos leonciopradinos, llegamos a aprender a
ser soldados, a aprender de las viejas tradiciones, a ser como hermanos de
sangre, a padecer mil y una vicisitud castrense y sobre todo a ser la más
hermosa familia, que empezó cuando ingresamos, cuando desfilamos, cuando nos
alejamos de nuestra alma mater y que hoy a pesar del tiempo y la distancia,
seguimos tan unidos como ese gran día en que nos incorporamos para ser una de
las mejores promociones del… Colegio Militar Leoncio Prado.
Cada uno de nuestra
promoción tenía su propio mundo cuando llegaban a sus casas, con sus padres,
sus amigos y su estatus social, en el colegio que tanto amamos, todos éramos
iguales, vestíamos igual, comíamos igual, y teníamos igual las mismas
oportunidades, todo dependía de nuestra preocupación y decisión para salir
adelante en nuestros estudios. Ver este vídeo, me hace sentir nostalgia por
todo lo bueno que nos ha dado nuestro CMLP, tuvimos instructores militares
inflexibles en la disciplina castrense, así como también aquellos que además
nos trataban como familia en las horas de descanso, de ellos aprendimos a ser
comprensibles en la vida y de los inflexibles poseemos el ser férreos con
nosotros y los que nos rodean, para sacar adelante proyectos, trabajos, etc.
Promoción tú que me lees,
también recuerdas lo duro, lo alegre, lo hermoso, lo fraterno, lo emocionante,
lo triste también cuando hemos perdido durante la etapa del colegio a hermanos
que hoy están en el cielo, eso nos hizo ser mucho más duros para enfrentar las
vicisitudes de la vida que nos aguardaba ya fuera de nuestra alma mater. Muchos
de nosotros, nos casamos con nuestra noviecita de entonces y otros después de
salir del colegio y universidad, muchos alcanzaron el éxito, con trabajo y
perseverancia en el Perú así como en el extranjero, sin embargo mi querido
promoción, jamás dejamos de vernos, de leernos, de apoyarnos, de compartir
reencuentros y sobre todo desfilar como antes, como siempre, hoy, como excadetes.
Cada lugar dentro del
CMLP: las cuadras, los camarotes, los fusiles Máuser, el malacate, las aulas,
el comedor, el auditorio, la enfermería, por más que estén guardados en los
almacenes y en algún lugar del tiempo, así como también las arenas y terreno
pedregoso, fuera del plantel, conservan aún nuestros olores, nuestras huellas,
nuestros sudores y sobre todo la pista central tiene todavía marcadas las
huellas de nuestro gallardo paso de desfile, donde dejamos nuestras alegrías,
sufrimientos, aspiraciones, emoción, felicidad y el más grande orgullo de ser
todavía …los Caballeros cadetes… del Colegio Militar Leoncio Prado.
¡SEGUIREMOS BRILLANDO,
SIEMPRE, COMO AZUL HOGUERA!
Rodolfo Mendoza
Tombitocmlp16
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