viernes, 10 de septiembre de 2021

EL PRIMER ESLABON DE ORO - 23-LA TENIDA BLANCA

 LA TENIDA BLANCA

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Mientras los de la primera promoción habíamos acordado, hace ya cerca de dos años, celebrar el quinquagésimo aniversario de nuestro ingreso al Colegio, el 22 de mayo de 1994, y es en homenaje a esa fecha que estoy escribiendo este libro, parece que no se realizaron oportunamente las coordinaciones necesarias con las autoridades del Colegio, tanto que éstas dispusieron que las celebraciones de las BODAS DE ORO de creación del Colegio debían efectuarse el 27 de agosto de 1993, fecha de promulgación del D.S. que lo creó. Es así que con este motivo, las Bodas de Oro de creación del CMLP, hemos tenido numerosas actividades conmemorativas dedicadas a realzar y también difundir la obra cumplida por el CMLP en el país en estos últimos cincuenta años. Una de las ceremonias de homenaje al CMLP y también una de las más trascendentes y emotivas ha sido la que le rindió la Gran Logia Masónica del Perú el 12 de agosto de 1993. Esta se efectuó en el transcurso de lo que la masonería denomina una TENIDA BLANCA. 

Gran Maestro de Masones del Perú es el ingeniero Carlos Maraví Gutarra, ex-alumno del CMLP, perteneciente a la tercera promoción, esto es de los que ingresaron al Colegio el año 46. Cuando recién había llegado de Huancayo para ingresar al CMLP, él vivía en una casa cercana a la mía en el Barrio de los Maestros, donde también se alojaba su primo Jorge Rodríguez Maraví integrante de la primera promoción. Resulta evidente que él también tenía vinculaciones o parentescos con los maestros. Sé que fue un destacado alumno en su promoción y en la Universidad de Ingeniería. En la masonería ha alcanzado el más alto grado, después de más de 30 años de trabajo en su logia, a la que ingresó el año 58. Dedicado a labores profesionales y empresariales ha tenido mucho éxito en Electro Watt de Suiza y otros negocios. Accionista del diario "La República", ha sido su Director durante tres años y actualmente es propietario de la Revista SI. Hace algunos años lo encontré en el diario, estaba prematuramente encanecido, yo escribía en ese entonces una columna política en "La República", LA HORA UNDECIMA con el seudónimo de Píndaro, Raúl Vargas era Director. Carlos, que tiene una vigencia indudable ha sido el principal promotor del homenaje al CMLP en el que además se otorgó a la Bandera del Colegio una condecoración, la más alta de la Logia, la joya representa el compás y la escuadra entrecruzadas que es el símbolo masónico. Encargado de condecorar a nuestra bandera fue el ex-leonciopradino de la séptima promoción Luciano Baquerizo. 

La TENIDA BLANCA fue una ceremonia pública que se celebró en el Templo Masónico sito en la Avenida José Gálvez Barrenechea # 599 San Isidro y contó con la participación de un numeroso grupo de "no iniciados", esto es personas, hombres y mujeres, que no eran masones. Para esta ceremonia los "hermanos", que así se llaman los "masones" entre sí, asistieron vestidos de riguroso smocking, algunos con traje oscuro y los militares uniformados. 

Los venerables maestros y los past-venerables maestros de las diversas logias de la Gran Lima portaban, además de sus clásicos mandiles de trabajo, sus collares y condecoraciones y las demás insignias de su grado y función. Era impresionante ver el número de enjoyados en busca de sus colocaciones en el templo. Aprendices, oficiales y maestros forman los escalones iniciales de la masonería. Asistía la ceremonia con mi vecino y ex-condiscípulo de la segunda promoción, Gilberto Escudero y tuvimos oportunidad de encontrarnos con ex-cadetes de la primera promoción. De la primera estaban, Hermann Hamman, Guillermo Noriega y yo; de la segunda, el gordo Arteaga, el eterno Presidente de su promoción y que ahora es reputado agente de aduanas, el otro era Gilberto Escudero, ex-Director de El Peruano y de la Prensa; de la Tercera, Gerardo Guerrero que fue quien me reemplazó en la Presidencia de la Asociación Leonciopradina, cuando renuncié en 1957, Chocano, el basquetbolista, Huasasquiche y otros más. En esta oportunidad comprobamos además que muchos de los más altos dignatarios de la Gran Logia eran ex-alumnos del CMLP. 

Al ingresar al templo era impresionante la guardia de honor conformada por cadetes del colegio correctamente uniformados portando banderas celestes con el escudo del colegio y que representaban a cada una de las 46 promociones de egresados. A la izquierda y derecha del pasadizo central estaban colocados los asientos para los invitados y para los hermanos masones; al fondo, denominado Oriente, el lugar desde donde el Gran Maestro Masón dirige la ceremonia y a la derecha e izquierda del patio central los invitados especiales, los mismos que eran anunciados con los títulos y jerarquías y llevados a ocupar sus colocaciones, tomados de la mano por el Venerable Hermano Maestro de Ceremonias. Cuando ya todos estaban ubicados en sus respectivas colocaciones, se anunció la entrada al templo del Gran Maestro de Masones del Perú. Llevado de la mano por el V.H. Maestro de Ceremonias avanzó serio y ceremonioso Carlos Maraví Gutarra, Gran Maestro vestido con impecable smocking y portando mandil orlado de rojo y oro y collar, joyas y condecoraciones. Al ocupar el sitial principal tomó asiento y mallete en mano dio inicio a la ceremonia siguiendo el severo ritual masónico que incluye saludo y oraciones. Antes tuvieron la especial deferencia de invitarnos a Guillermo Noriega y a mí a ocupar un asiento en el Oriente, en atención a nuestra calidad de Past-Presidentes de la Asociación Leonciopradina. 

La ceremonia se inició con la apertura de los trabajos ordenados por el Gran Maestro, con las invocaciones y oraciones correspondientes y el ingreso del Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo Grado 33 para la República del Perú, Julio Iparraguirre Torres, que entiendo es como el gran maestro de maestros, lo que explica la deferencia que se le dio en el trato. Luego hubo un homenaje al Pabellón Nacional para lo cual ingresó al templo la escolta y bandera del CMLP y la entonación del Himno Nacional que interpretó el coro de Lima y la concurrencia, entonándose, además del coro, la primera y última estrofa. En este instante se empezó a vivir momentos de creciente emoción. 

Enseguida se dio lectura al D. S. de creación del Colegio Militar y el decreto de la Gran Logia otorgando la máxima condecoración masónica al pabellón del CMLP y por indicación del Gran Maestro el R.H. Luciano Baquerizo, ex-alumno de la séptima promoción y destacado dirigente masón, procedió a colocar la condecoración a la Bandera de Guerra de nuestro querido Colegio. 

Posteriormente el coro del Colegio y la concurrencia entonaron el Himno del Colegio. En este instante al oír resonar las vibrantes notas y comprobar que casi la totalidad de la concurrencia entonaba nuestro himno, me percate de la gran cantidad de leonciopradinos que pertenecen a la masonería, a esta sociedad de "hombres libres y de buenas costumbres" que ha sido tan poco comprendida por muchos. Nunca he escuchado entonar nuestro himno con más fervor y entusiasmo. Al final las clásicas palmas leonciopradinas resonaron en todo el templo testimoniando nuestra presencia y júbilo. Resulta innegable que el himno escrito hace cincuenta años por Anaximandro Vega hace vibrar las más íntimas fibras de nuestros sentimientos y emociones. 

El ritual masónico es muy estricto y el trato que se dan entre ellos muy deferente y especial. Carlos Maraví con su mallete en la mano era el gran orquestador de la ceremonia y anunciaba número a número cada intervención. El discurso de orden lo pronunció el gran orador de la logia masónica del Perú R.H. Carol Meneses ex-alumno, del CMLP, luego vinieron las palabras del Presidente de la Asociación Leonciopradina Q.H. Franklin Cáceres Salas y la intervención Q.H. Coronel Director del CMLP Carlos Castilla Bendayán, todos coincidieron en resaltar la importancia de la celebración, la obra educativa del CMLP en 50 años y la figura de Leoncio Prado, iniciado como masón, "quien vio la luz en marzo de 1873" y que alcanzó el sublime grado de maestro masón en agosto de 1876 en la logia Friendly Nro. 239 que trabajaba en Jamaica, bajo la jurisdicción de la Gran Logia de Inglaterra. Para mí fue ésta una revelación, confieso mi ignorancia al respecto, pese a haber escrito en este libro el capítulo: Nuestro Patrono, LEONCIO PRADO, desconocía este aspecto de la vida del héroe. 

Las palabras finales de la ceremonia fueron pronunciadas por Carlos Maraví en su calidad de Gran Maestro de Masones del Perú. Maraví empezó diciendo: "La gran logia, al cumplir uno de los principios de su constitución, que es estar a la vanguardia de la cultura, estimular la ciencia y buscar el progreso de las instituciones y los pueblos, hace suyas las palabras de don Oscar Miró Quesada. Cuando dice, "la cultura trasciende con su humanismo profundo, los límites del puro intelecto y se adentra e imprime ese sello de benévola comprensión, de cariño, inteligencia que irradia luz cordial de palabras y las actitudes de los cultos. Porque la cultura repercute en la vida ética de las personas perfeccionando su capacidad moral, vigorizándola, engrandeciéndola al depurar y ennoblecer sus ideales. 

Estas, -dijo- son las consideraciones que nos han impelido a rendir homenaje del CMLP al cumplirse medio siglo de esforzada labor educativa. Enseguida recordó en emotivas frases al fundador del Colegio General José del Carmen Marín y señaló el papel integrador del Colegio en el país y a los jóvenes de ayer y de hoy hermanados en ideales comunes.  

La egregia figura del patrono, Leoncio Prado fue evocada en su inmolación y en su vida, resaltando su condición de Maestro masón en la logia Friendly Nro.239 de Jamaica. 

Las vivencias juveniles en el CMLP, los servicios, el diario convivir de centenares de jóvenes ávidos de conocimiento y mejoramiento personal, y "el agradecimiento personal a Dios por habernos permitido vivir esa experiencia" fueron emocionadamente descritas por el Gran Maestro. 

Las coincidencias de agosto: nacimiento de Leoncio Prado, su consagración como maestro masón, la vuelta a Tacna a la heredad nacional y la creación del CMLP, fueron realzadas por Maraví Gutarra que terminó diciendo: 

"Gracias Colegio Militar Leoncio Prado, muchos, muchísimos más años de vida fructífera y gloriosa para nuestra juventud ". 

Las palabras del ex-cadete de la tercera Promoción del CMLP y Gran Maestro de Masones del Perú fueron selladas con una sonora salva de aplausos y las clásicas palmas leonciopradinas que resonaron una vez más con toda intensidad, como en los grandes acontecimientos que nos tocó vivir antaño. 

Seguidamente circularon los sacos en los cuales los masones depositan sus óbolos al final de cada jornada de trabajo en sus talleres y el producto de la recolección fue entregado por Maraví a la esposa del Presidente de la Asociación Leonciopradina para obras sociales. Clausurada la Tenida, se sirvió un vino de honor. 

Esta fue una noche memorable y por la solemnidad del acto y suntuosidad alegórica de la tenida blanca, y sobre todo por la demostración de fe, trabajo y reconocimiento a las acciones más trascendentes de la vida, ha sido un gran homenaje a nuestro querido Colegio. Al finalizar la ceremonia felicité a Carlos Maraví por el acierto de la convocatoria y homenaje y aproveché esa oportunidad para satisfacer una pregunta, que mi curiosidad me llevó a formular, ¿Qué es la masonería?, ¿Qué se propone?, Maraví me dijo: ... La Francmasonería tiene por objeto el desarrollo de la solidaridad humana, el mejoramiento espiritual, intelectual universal de fraternidad entre todos los hombres. 

Persigue el conocimiento de la Verdad; sostiene la Justicia como única norma que regula la conducta de los hombres y proclama la Libertad y la igualdad, como derechos consubtanciales al ser humano. 

La Francmasonería es una escuela de superación espiritual y su deber es estar a la vanguardia de todos los movimientos intelectuales que propendan al progreso y bienestar de la Humanidad. 

Cuida de que el hombre sea no sólo un ser libre y culto, sino también un elemento útil a la sociedad; consciente de su responsabilidad individual y colectiva. 

Siendo la Francmasonería una asociación esencialmente fraternal, sus miembros aman la paz; respetan las leyes del país que los cobija, rechazan la explotación del hombre por el hombre y ejercen la beneficencia, sin ostentación y tan sólo como un deber hacia sus semejantes. 

La Francmasonería es una escuela de Honor y Virtud, que educa a sus miembros y exalta a los que por sus altos merecimientos conciten el respeto a la gratitud de sus conciudadanos. Proclama la tolerancia y la libertad de conciencia y no hace distinciones de raza, nacionalidad y religión; y exige el respeto a las ideas de todos los hombres a quienes considera como miembros de una sola familia. 

Recónoce el Principio Creador Universal al que denomina Gran Arquitecto del Universo. 

Terminada la reunión de estos "hombres libres y de buenas costumbres" quedé comprometido conmigo mismo para escribir este testimonio. 

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