miércoles, 13 de septiembre de 2023

DESFILES LEONCIOPRADINOS

 DESFILES LEONCIOPRADINOS

Por:

Rodolfo Mendoza

XVI


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EL PRIMER DESFILE EN EL COLEGIO MILITAR LEONCIO PRADO


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Con cuantos sueños e ilusiones llegábamos al Colegio Militar Leoncio Prado, al que habíamos ingresado después de sacrificios, como estudiar de madrugada en nuestros cuartos, en lugares solitarios, nos alejamos de los amigos del barrio, de nuestras enamoradas y también del cine de las seriales de los viernes, con qué orgullo todos mirábamos al marchar las instalaciones de nuestra alma mater, marcábamos el paso bajo las ordenes de nuestro oficial a cargo, el Teniente E.P. Víctor Aguirre Moreno e íbamos rumbo al campo deportivo para la entrega de nuestras prendas.

Fue emotivo, lleno de interrogantes sobre qué vendría ahora ya de cadetes del tercer año. Nuestros monitores nos auscultaban y muy serios nos daban las ordenes de orden cerrado, todos exagerábamos al marchar, aún no teníamos la experiencia que vendría después y que lo demostraríamos el Día de la Jura de la Bandera. Quién diría en esos momentos que lograríamos ser la promoción con mayor número de cordones de honor, quién nos diría que tendríamos campeones en basquetbol, en atletismo, extraordinarios artistas, escritores, poetas, políticos, profesionales de primer nivel, benefactores de nuevos cadetes, etc.

Inolvidable mañana de un mes de Marzo del año 1959, nos mirábamos y encontrábamos muchas diferencias entre nosotros: cholos, negros, mestizos, blancos y de ojos jalados nos unificábamos logrando una verdadera “Cuna de Todas Las sangres”.

Nuestros padres o tutores se retiraron, algunos con una alegría por haberse cumplido el sueño de sus hijos y otros con la preocupación de no saber si sufriríamos al dejar la familia hasta una primera visita, no comprendían que desde ese gran día ya nosotros iniciábamos el esfuerzo por nuestro futuro, que ya aprenderíamos a depender de nosotros mismos y lo comenzamos a vivir cuando teníamos que recuperar una cristina que se “volaba” gracias a las vacas y chivos que había en nuestra nueva vida militar. No todos teníamos una buena voz, pero no con esfuerzo, sino con temor al ángulo recto pudimos aprender a entonar canciones para nuestros - se supone protectores - los cadetes de quinto año o mejor dicho las temibles vacas del viejo cuartel Guardia Chalaca.

También los felices cadetes de tercero o también los llamados “cancitos” del CMLP con alegría militar aprendimos a hacer dieta ya que por recomendación de los jefes de mesa nos abstuvimos de comer la presa de carne, fruta y el postre de la noche…claro, debíamos estar en forma en nuestro físico y todos estos deleites nos harían daño, debíamos también estar en buen físico para tender camas, lustras borceguíes y encerar los pisos de las cuadras de nuestros amados cadetes superiores…tradición, tradición mis queridos congéneres….

Jamás olvidamos nuestro primer desfile ya no éramos postulantes, ya nos habíamos convertido en los flamantes caballeros cadetes del Colegio Militar Leoncio Prado. Quién diría que esos años tan maravillosos que siempre estarán muy dentro de nuestros corazones nos pareciera que fuera hace poco, sí caballeros cadetes, imposible olvidarlos, estemos en EE.UU., España, Italia, Canadá, Brasil, Alemania, Perú, etc. Nuestra extraordinaria hermandad, va más allá de cualquier circunstancia. Aprendimos… qué más allá del color de la piel, de las situaciones económicas, de la distancia terrenal, vivimos día a día pendientes de todos nosotros, nos ilumina ese hermoso cielo lleno de gaviotas, ese interminable golpear de las olas del mar y esa brisa marina que siempre está en nosotros, haciéndonos recordar....El primer desfile en el Colegio Militar Leoncio Prado. 

¡SEGUIREMOS BRILLANDO, SIEMPRE COMO AZUL HOGUERA!

Rodolfo Mendoza


EL SEGUNDO DESFILE EN EL COLEGIO MILITAR LEONCIO PRADO


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El más importante desfile en nuestra alma mater, para mí, es el Día del Juramento a nuestro Pendón Bicolor, aquí la fotografía cuando ya nos embarcábamos en los ómnibus del CMLP, ya éramos unos excelentes cadetes bien preparados para la marcha después del juramento más importante de nuestras vidas de militares, así es mis queridos hermanos, estuvimos internados bajo régimen militar durante tres maravillosos años. Ya no era el desfile de recién ingresados, del comienzo de los canes en su sueño maravilloso al haberse cumplido el pertenecer al Colegio Militar Leoncio Prado. 

Que gran diferencia del mes de Marzo de 1959, la prestancia, la sincronización del marchar de nuestra escolta y nuestras tres compañías al mando de sus monitores de sección. Ya no nos pesaban los fusiles Máuser con bayoneta calada, ya no el temor de estar desalineados, ya con la seguridad de experimentados cadetes del quinto año, era el año de 1961, el año de la consagración de nuestro batallón que con las demás representaciones de sus armas, como la Aviación, la Marina y el Ejército cumpliríamos el sagrado deber de Jurar ante nuestra bandera nacional, la lealtad, la fidelidad y la entrega misma de la vida por defenderla de cualquier invasor, de cualquier enemigo de nuestra patria. Miramos la fotografía y todos sentimos el más grande orgullo de haber sido uniformados y fieles soldados del Perú. Como gritó antes de inmolarse, con valor y patriotismo, el general Francisco Bolognesi…¡”HASTA QUEMAR EL ÚLTIMO CARTUCHO”!

Recordamos siempre en cualquier lugar del mundo, en que nos encontremos, que a la hora señalada cuando se iza o se arria nuestra bandera roja y blanca, nos cuadramos y saludamos militarmente, como antes, como siempre, demostrando amarla y que seguimos prestos a defenderla ante cualquier circunstancia que la ataquen, aún a costa de inmolarnos por ella. 

La anécdota más importante es que debido a la excelente preparación que tuvo la escolta y el ejemplo de nuestras anteriores de la XIV y XV promociones, hicieron perder el paso a la escolta de la Escuela Militar de Chorrillos, dejando para la historia dos deudas de nosotros a la EMCH, una, la humillación deportiva en básquetbol cuando les ganamos dos partidos y dos la que les narro al inicio de este párrafo. Vivimos y tenemos momentos tan interesantes para recordar con orgullo y para contarles a nuestros nietos sobre la hazaña de Carlos Verano en básquetbol y la gran demostración militar de Felipe Bustamante, Alfredo Deza, Oscar Pinto, Emilio Suarez, Carlos Quinteros y Julio Dávila. 

La noche anterior al del día de la jura de la bandera, todos en nuestros camarotes no dormíamos, al amanecer tendríamos el más importante desfile como cadetes del CMLP, habíamos esperado dos años, que nos sirvieron para estar expeditos para demostrar que sí teníamos el derecho de participar como una dependencia militar para juramentar la fidelidad a nuestra bandera nacional y también a demostrar que nuestra institución tenía la más alta calificación para marchar en un desfile tan importante en la vida de los peruanos. Cuantos años han pasado, cuantas promociones nuevas también han tenido su oportunidad, su momento, su anhelo. No es simplemente vestir de cadete y salir a marchar, se tiene que estar preparados y además se viven tantas anécdotas del momento que siempre guardamos y siempre recordamos a pesar que no estamos conviviendo juntos como hace 62 años atrás, sí nos quedan aquellos momentos que están siempre en nuestras retinas, me parece ver la herida profunda en uno de los pies de Felipe Bustamante, la verdad el corte que se hizo involuntariamente con una bayoneta era para renunciar a tomar el pendón bicolor pero más pudo el coraje, la ilusión, el deber de peruano de Felipe, que se amarró su pie con pañuelo y si decir ni informar nada al respecto tomó y se puso su uniforme de desfile y correajes donde llevaría con orgullo la bandera roja y blanca del Perú.

¡SEGUIREMOS BRILLANDO, SIEMPRE, COMO AZUL HOGUERA!

Rodolfo Mendoza

XVI CMLP


EL TERCER DESFILE EN EL COLEGIO MILITAR LEONCIO PRADO


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Suenan el bombo y la corneta, se escuchan los aplausos y con nuestro mirar al frente, con elegancia, cadencia y al paso de desfile pasamos por el estrado oficial, inmutables y henchidos los corazones, volvemos a aquel año tan importante en nuestras vidas, increíble pasaron 63 años y la prestancia aprendida en 1959 continúa como si la juventud fuese eterna, mientras nos acompañan en nuestra marcha militar las gaviotas y el golpear constante de las olas del mar y la brisa marina nos llenan de gozo el corazón. 

Sí hermanos es el tercero e imperecedero desfile por la pista central de nuestra alma mater el Colegio Militar Leoncio Prado. Aquel cuartel Guardia chalaca con sus cuatro viejos muros regresa a nuestras retinas y sentimos la felicidad del retorno, del estar presentes en el tradicional reencuentro de todas las promociones egresadas de nuestra alma mater. Ya somos civiles pero guardando la vieja tradición de soldados, lucimos el tradicional uniforme de ex cadete leonciopradino.

Quedan atrás las obligaciones de hombres de bien, quedan familias a la espera de los retornos a casa de quienes ya residen en los diversos países del mundo, a donde llegaron para con esfuerzos y dedicación lograr una estabilidad económica y familiar. Jamás los cielos del mundo impedirán ese bello reencuentro con los Zambitos del tercer año, el periodo de adaptación, del inicio de la transformación de joven civil a militar, de jóvenes de baja y alta situación económica, la diferencias de proceder de colegios particulares de renombre con las grandes unidades escolares, se convierten en un solo y único corazón…leonciopradinos hasta siempre jamás. 

La gran diferencia de estos reencuentros y desfiles es que al paso de los años que se van, cada promoción va mermando sus filas y sus compañías por la ley de la vida, se sufre por cada partida al cielo de nuestros camaradas de armas, el estoicismo se pone a prueba y sólo nuestra fe en Dios nos hace confiar en que… en su momento nuestra promoción leonciopradina, volverá a estar completa para la formación en los jardines del cielo.

Mientras la marcha militar que toca la banda de música nos hace henchir los corazones, la compañía de hermanos tan queridos vuelven a estar en nuestros costados y sentimos que vuelve la juventud de aquellos maravillosos años, en que vestidos de azulino y botones dorados dábamos que aplaudir y vivar a nuestro batallón militar que con guantes blancos éramos ejemplos dignos de imitar, por quienes ya soñaban con vestir el uniforme de cadete leonciopradino. Nuestra formación castrense por más que estemos alejados civilmente de nuestro amado colegio, hace que volvamos a demostrar la excelente preparación de soldados que aman a su patria y que lo demuestran en cada fiesta cívica en la que participamos.

El tercer desfile en el CMLP, se da cada año para nuestro aniversario de creación del CMLP, aguardamos con fe y amor fraterno a todo hermano que amamos y que extrañamos, ya no son tres meses de espera como en los tiempos de estudios, hoy por ese gran cariño de hermanos estamos comunicados diariamente a pesar de grandes distancias, lo que nos hace felices, pasaron los años en el tiempo pero nuestra amistad sigue tan igual a cuando infantes aún tendíamos nuestros camarotes, encerábamos y lustrábamos nuestras cuadras, hacíamos ejercicios matutinos y después del malacate que no sólo era para bañarnos sino además para motivos de grandes chacotas de amigos, compañeros o hermanos, cada uno guarda el hermoso recuerdo de quienes estaban a nuestro lado en el aula, en la formación, en el comedor y marchas de campaña. 

Este tercer desfile en el CMLP es el que repetimos año tras año, nos reunimos los que residimos en el Perú y en el extranjero, volvemos a ser tan iguales a como cuando ingresamos por primera vez en que las diversas razas de peruanos se juntan cada año en la Cuna de Todas las Sangres. Cuando hoy recibimos ayuda de hermanos tan queridos, nos recuerda cuando en circunstancias de estudiantes nos acompañaban a tender camas y barrer cuadras de los cadetes superiores, cuando por algún motivo no podíamos quedarnos de cuarteleros sábado y domingo éramos reemplazados por hermanos que sacrificaban sus salidas de fin de semana para apoyar al hermano que estaba de servicio. Estos ejemplos de hermandad, podemos ver que no quedaron en el tiempo, debido a que nuestros corazones… están tan unidos como el mar y la arena, como el ave con los vientos.

Marcha soldado, marcha leonciopradino…la gloria alcanzada siempre vivirá como la flama ardiente que iluminará por siempre nuestras vidas… aquí en la tierra como en el cielo…

¡SEGUIREMOS BRILLANDO, SIEMPRE, COMO AZUL HOGUERA!

Rodolfo Mendoza

XVI CMLP



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