viernes, 15 de septiembre de 2023

EL IMAGINARIA OCTAVIO MERINO

 

EL IMAGINARIA OCTAVIO MERINO


Por :

Rodolfo Mendoza

XVI

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Son las tres horas del 20 de enero del 2011 y la falta de oxígeno, me asusta. Levanto los brazos y trato de hacer ejercicios que me ayuden a oxigenar mis pulmones, miro la puerta de mi dormitorio para ver si aparece el cadete imaginaria del tercer turno, pero no, no estoy en 1959.

- ¡Imaginaria del tercer turno, a mí!

Era el teniente Aguirre Moreno Víctor. Octavio Merino Bartet, tiembla, no de miedo sino de furor, no estaba acostumbrado a recibir gritos de nadie, sin embargo, recordaba que nuestro capitán Jorge Ciurlizza de la Guarda, nos había rememorado cuál era el servicio de imaginaria que él también había aprendido.

- ¡Presente mi teniente, sin novedad en el servicio del tercer turno!

- ¡Muy bien, cualquier novedad estoy en el detall!

- ¡A la orden mi teniente!

Pucha madre, ¡tan bien que estaba durmiendo...! ¡Qué piña soy, carajo! Me tenía que tocar el turno más bravo, en fin... 

¿Se acerca mi fin? Espero que todavía no, me faltan algunas cosas por cumplir, Señor, permite que los deje bien establecidos y mis hijos no tengan problemas más tarde. Sólo eso mi Señor, lo demás no importa. Mi respiración se torna ya casi normal y me viene un adormecimiento que logra mitigar mi preocupación y plácidamente vuelvo a soñar. 

Octavio Merino estaba casi cayendo vencido por el cansancio, después de todo, es natural después de un día de ejercicios y marchas, sin embargo, el quejido de un compañero desde la otra cuadra lo hace reaccionar y se acerca presto al camarote donde descansaba Teddy Quiroz...

- Seguro está soñando con su "costilla" y por eso se queja.

Un silbido lo hace voltear apresuradamente.

- ¡Cuando no!, tenía que ser el “Caimán” Napoleón seguro está soñando con su selva y cree que está llamando a los monos de su tribu... ¡Carijo, yo qué tengo que ver con los demás!, primero es mi sueño, ¡a descansar cadete Merino!

Cuando Octavio Merino estaba ya para acomodarse en los brazos de Morfeo, sintió un ruido extraño en el corredor de las cuadras de la 1ra. y 2da. sección.

- ¡Quién anda ahí, carajo! ¡Te fusilo perro, no te muevas!

- ¡Tranquilo, imaginaria, soy el cadete Rebatta! ¿Sabes?, hoy es el cumpleaños de mi novia, soy chalaco y puedo "tirar contra". Mira, no me demoro, ella vive en La Perla y me está esperando despierta, así quedamos el día domingo; el imaginaria de mi cuadra ya sabe y no hay problema.

Todas las ganas de descansar se le quitaron a nuestro imaginaria. Octavio Merino Bartet recordó entonces las enseñanzas de nuestro capitán Jorge Ciurlizza de la Guarda, quien nos inculcaba: "El imaginaria es el soldado que vela por sus compañeros, su servicio es muy importante; de su cumplimiento, depende la vida de sus camaradas de combate”.

- Pucha Zambito, ni de vainas... ¡No sales caricho!, vete a tu cuadra o te paso un parte al teniente de turno, no insistas porque ya tengo el lapicero en la mano. ¡Paso ligero miércoles, paso ligero! Ta huevón este! ¿Qué cosa quiere, que lo boten? No, no puedo permitir eso, es por su bien. 

No puedo dejar de dar vueltas en la cama, pienso en las Bodas de Oro de mi promoción. ¡Cómo se fueron 5O años!, me parece que hace poco llegué con casaca roja y jean de color negro con bastas de color crema. ¡Cómo me batían mis nuevos compañeros de colegio! Y también cómo me auscultaban los monitores Vega Boggio y el colorado Adhemar Sierralta, quién se me prendió desde el principio por la forma en que llegué vestido, ahora los postulantes tienen la obligación de presentarse en ropa formal: terno y corbata.

- Bueno, espero que todo continúe con tranquilidad, todavía está para rato el tercer turno. ¿Qué pasa? ¿A dónde van, “perros”? ¡No hagan ruido! ¿Qué pasa con ustedes? Tú, “Pucho” Vignolo y tú también “Pequeñito” Tácito Rodríguez, ¿a dónde carijo creen que van?

- Merino, tú no te metas, hoy día nos "desahuevamos" – peleamos - Esto es cosa de nosotros, nos vamos al malacate... ¡Así que no te metas!

- ¿Qué cosa, Enano?, y tú, pecoso de “miércoles”... ¡Yo soy el imaginaria, aquí nadie se pelea con nadie! ¿Dónde está la hermandad que hemos prometido a nuestro capitán? ¿Dónde “chiche” está nuestro afán de ser la mejor promoción de este colegio? ¡Ni de vainas, carajo! ¡A sus camarotes o los mando al Consejo de Disciplina! Y mirándolos de reojo, como si anotara en su cuaderno, continuaba: a ver… Tulio Vignolo y Tácito Rodríguez, a las tres y treinta horas del día...

Vuelvo a sentir el malestar que aprieta mi pecho, me siento en la cama moviendo los brazos tratando de sentir el aire que me devuelve a la vida. ¿Dónde estás imaginaria? Necesito de tu ayuda... Sé que tú no dejarás que me lleve el infierno, toca, toca el pito, imaginaria.

- ¡Y ahora quién se está quejando!... 

Nuestro imaginaria corrió a la cuadra B donde dormía “el Loco” Verano Figallo y se encontró con Jorge Piscoya, quejándose de un profundo dolor estomacal.

- ¡Tranquilo cholo, tranquilo que yo te llevaré a la enfermería!

Octavio Merino, calzó con las zapatillas de cuero negro a Piscoya y lo arropó con el capotín de grueso paño de color verde, sin presentarse al teniente de servicio, ya que, si se oficializaba su ingreso a la enfermería, Piscoya no saldría el próximo sábado. Llevó entonces a su compañero de armas rumbo a la enfermería, donde fue atendido por el enfermero de apellido Santos. No te preocupes, no es apendicitis, más bien parece una infección fuerte al estómago. El antibiótico y el analgésico harán efecto dentro de unos veinte minutos, vuelve a tu servicio, aquí queda en buenas manos...

Entonces el cadete del tercer turno de Imaginaria, se sintió verdaderamente un soldado. Comprendió entonces cuál era su misión, espiritualmente sentía una enorme satisfacción de ser el responsable de la vida de cuarenta hombres, que dormían plácidamente, soñando con el futuro de sus vidas, pero esta vez con la tranquilidad que eran velados por el servicio de imaginaria que había comprendido el verdadero valor de su misión.

“Pronto será marzo y entonces volveré a estar con mis compañeros de promoción. Esta vez será la mejor reincorporación al CMLP. No me he perdido la de "perros" ni la de "chivos", fueron hermosas vivencias las que tuvimos, quienes no faltamos a ese compromiso. El solo hecho de saber que retornaré a 1961, hace que mi corazón palpite con más normalidad.... ¡Hay 59-314 para rato, carajo!”

- ¡Pucha, se va a terminar mi servicio! Debo pasar revista a todos estos "perros" que duermen muy tranquilos, sin saber que mañana nos sacarán la michi en la marcha de campaña de todos los sábados.

Miró al “Pintón” Anyulo Azevedo y se decía para sus adentros: "Así que tu papá se parece al actor de cine Tyrone Power... jajajaja... “pezuñento de miércoles", mientras lo cubría por completo con la frazada gris, para que no se resfriara. Continuó caminando, vio la carita inocente de Cuba Solari, la fuerte respiración de Chaccha Luis Hermoza, la figura desproporcionada de su "pata" Berrocal Centeno, no cesaba de reírse al ver la carita de ángel con la que dormía nuestro “Chinito” Koo Wong.

- “Chinito pendejo” 

Siguió caminando, observando que todos estén debidamente abrigados, se mató de risa y aguantó la carcajada cuando vio a Humberto Marrufo durmiendo con su famoso llavero en la mano derecha... ¡Pucha que eres único! Y cuando llegó al camarote del “Loco” Saavedra, se preocupó de amarrarlo bien con las sábanas y frazadas, bien metidas entre el colchón y el catre... ¡“Loco de miércoles”, no se vaya a caer! 

Volvió a ver a Chaccha Hermoza y miró su ropero, sabía que se encontraba lleno de exquisiteces que le enviaban de Cusco... pero no, “ni siquiera pensarlo carajo”, él era el servicio de imaginaria. 

Pasó a la otra cuadra y vio cómo dormía plácidamente el “Barbón” Geo Seminario: "Pucha se acostó afeitado y miren ahora, ya está barbón nuevamente"... "Ni modo, Barboncito, tienes que afeitarte al toque de diana". Vio a Vargas Machuca y dijo para sí: "Menos mal que alivias el calor con el ventilador de tus grandes orejas... jajajaja”.

- Y este "angelito", duerme como una mansa paloma y es más diablo que el papá de Lucifer, ya, tápate bien “Loco de miércoles”, te voy a arropar solamente porque eres de la selección de básquet y debes estar completamente sano para los partidos que se avecinan... A ver, están completos estos “perros”... Sí, ahí están César Zelaya; el artista Teddy Quiroz; don "Wuilli" Peralta; los hermanos “Pucho” y Tácito; el señor Zumaeta; el trujillano de pura cepa, Carlos Paredes Díaz; nuestro chiclayano Ojeda Zañartu y el “Trinchudito” Carlos Toro.

- Oye Merino, ya se terminó tu turno... pásame el cuaderno de servicio... Menos mal que todo ha estado completamente tranquilo, ¿verdad?

- ¡Puf, por fin, Morales! Sí, completamente tranquilo, pero no te olvides que tienes que estar atento a todas las ocurrencias de nuestros zambitos... tú ya sabes, siempre puede ocurrir algún problema.

- Ya Merino, ve a tu camarote y descansa... ¡Nada has hecho carajo!

Mientras le decía estas palabras a Octavio Merino, él, nuestro compañero Morales, se decía para sí: "Como si no hubiera visto, cómo has hecho tu servicio de imaginaria. Ahora sé que no debo renegar cuando me toque a mí, es de vital importancia, como siempre dice nuestro capitán jefe de año".

Mi inolvidable Octavio Merino Bartet, con el que compartíamos el camarote y nuestros roperos que se encontraban juntos, se acomodaba en su cama y recostando la cabeza en su almohada, respiraba hondo, sonreía y se sentía complacido por ser ya un soldado... ya conocía lo que era amar a sus hermanos a quienes debía cuidar cuando ejerciera el servicio de imaginaria... y además había descubierto lo que significaba la disciplina. Siempre sería movido, siempre juguetón, pero, sobre todas las cosas, un caballero cadete con cordón de honor... 



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