viernes, 27 de octubre de 2023

CARTAS A FIORELLA

   CARTAS DE FIORELLA

Por:

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Rodolfo Mendoza

XVI

15 de Agosto de 1971

Hola Beatriz, llegué a la ciudad que tanto me recomendaste, efectivamente es hermosa. Espero que aquí pueda encontrar lo que tanto ansío: encontrarme a mí misma y poder no sólo hallar la paz que tanto necesito, sino además tomar decisiones para mi futuro, como conoces mi madre insiste que me case con quien no amo, considero su sacrificio por mí al quedarse viuda pero considero que soy yo quien tiene que tomar las decisiones sobre mi vida.

Te contaré que estoy intrigada, salí a buscar que conocer el campo, estar al aire libre y gozar de la belleza del río Mantaro, un guía turístico nos llevó a un lugar donde podías admirar las montañas, el río y además ver el pastoreo de ovejas y cabras. Me llamó la atención un árbol donde estaba sentado un hombre que confundí con un pastor ya que estaba rodeado por ovejas cuyas campanillas tintineaban al acercarse a él, que muy cariñoso las acariciaba, lo que hizo que me acercara más y más.

-       Hola, es lindo verte tan amigo de las ovejas, ¿podría mimarlas yo también? 

-       Ellas son celosas, pero me parece que tú les has caído bien…anda hazlo…

-       Jajajajajaja qué divertido, son lindas sobre todo los borreguitos.

-       Son desconfiadas pero cuando reconocen el buen corazón de las personas, son muy cariñosas, ¿qué haces por acá? No te vayas a perder tu grupo ya se ha alejado bastante.

-       Qué, tú no serías tan galante de acompañarme.

-       No vivo cerca de la ciudad, tengo una cabaña cerca de aquí, si gustas te invito un café.

-       Por qué no, he venido a gozar de los bellos paisajes y también conocer gente de esta ciudad, que me narre su historia.

-       Hummm, por lo que noto te agrada leer ¿verdad?

Como puedes notar mi querida amiga acepté su invitación, él es una persona atenta, que irradia confianza, sin embargo te contaré que tiene una mirada melancólica, de unos cuarenta o cerca de los cincuenta años, me encanta su conversación y su mirada franca con ademanes que demuestran educación.

Un día llegué a su cabaña como él le llama. Pero no, reside en una casita de tipo virreinal con tejas en el techo y es de dos piezas y cocina, me había indicado que a veces no se encontraría pero que podía esperarlo ya que nunca dejaba su puerta con llave. Efectivamente tal como me había narrado, es bellísimo admirar desde su ventana las montañas, el valle hermoso y gente que va y viene por el camino pedregoso. Te juro que me quedaría a vivir en este divino lugar ya que me encanta como a él, la soledad, el caminar entre el verdor del valle, cabalgar por la pradera y por las tardes sentarme desde un lugar para ver como poco a poco la luna se refleja en las aguas del majestuoso Mantaro. Pasaba el tiempo sin que llegara mi amigo, entonces no pude dejar de hurgar entre el librero sus escritos. Sentada en su sillón favorito me embelesé con sus narraciones, te juro que me tocó el corazón. Cuando llegó me saludó amablemente, sentí su complacencia y nos sentamos en una alfombra cerca de la chimenea y conversamos…

-       Espero que no te hayas desencantado con mis escritos.

-       No de ninguna manera, hacen sentir añoranzas por mi niñez y también me envuelven en un pasado lleno de nostalgia. ¿Has sufrido mucho? O únicamente son fantasías pero muy hermosas

-       Verás Fiorella…los escritores y poetas, jamás mentimos, escribimos con la verdad de nuestros sueños.

-       Interesante.

-       Espero que no estés dejando de gozar tus vacaciones por estar con un  empedernido soñador.

-       Por mi edad quizás no podrás creerme, he venido a reflexionar sobre mi vida, soy joven pero soy indiferente a cómo vive hoy en día la juventud. Mañana cumplo 25 años y me encantaría me invitaras a pasear por los lugares donde me has narrado que son históricos, quiero ver el volar del majestuoso cóndor de los andes y admirar las ruinas que aún existen desde el tiempo de los incas. ¿Dime, no estaré quitándote el tiempo o quizás inquietándote?

Sabes Beatriz, lo hice sonrojar, mi atrevimiento fue impertinente, pero él es tan generoso en sentimiento que únicamente se hizo al desentendido, sin embargo sonrió y se levantó para atenderme con una taza de café y bocadillos serranos. Me miró fijamente y me dijo:

-       Este lugar tiene muchas historias románticas y bélicas. Los lugareños vienen de una raza indomable que defienden el honor de sus mujeres y también de su libertad. El respeto por sus mujeres es sagrado y están dispuestos a morir en su lucha por la libertad. Ese es el libro que estoy escribiendo. Vamos, te invito a una fogata donde cantarás y bailarás, no puedes dejar de vivir estas bellas costumbres de tus antepasados.

Sentí entonces su carácter y me dejé llevar por un sentimiento que comenzaba a nacer de verdad dentro de mí. La admiración por su personalidad y el cómo era apreciado en la comunidad donde él residía hizo que naciera un sentimiento que jamás sentí con los compromisos que tuve en mi vida sentimental. Comenzamos a vernos diariamente, asistíamos a la misa matinal, apreciábamos el izamiento de la bandera en la plaza central, recorríamos lugares hermosos, fue todo un guía conocedor de nuestra historia, en una noche de lluvia tuvimos que refugiarnos en una especie de covacha, me cubrió con su poncho y me acurrucó en su cuerpo para evitar que el intenso frío me hiciera daño. Me sentí protegida y apreciada como nunca antes lo había sentido. Nuestras miradas cada vez eran más fijas, nuestros alientos se acercaban más y más, cuando quise entregarme al más bello sentimiento entre un hombre y una mujer, me apartó de su cuerpo  y tomándome de mis hombros me dijo:

-       Esto es una locura.

-       El amor es eso, una locura entre dos personas que nacieron para unirse para toda la vida, la diferencia de edad no es una razón que imposibilite el amarse. He venido huyendo de mi generación que está equivocada y he encontrado mi alma gemela que respira y que siente por la vida lo mismo que yo… ¿Existe alguna otra razón para no amarnos?

-       Fiorella, niña hermosa, niña que amo, sí te amo pero no, no es como tú piensas… ¿Sabes? Una de mis hijas falleció entre mis brazos hace varios años y es por ello que camino por el mundo tratando de no recordar tan triste acontecimiento, Me preguntaste siempre por qué mi melancolía, pues ahora la conoces y…y…

-       Qué, ¿cuál es el motivo de negar amarme como yo lo siento en tu mirada, en tu respirar?

-       Fiorella cuando llegaste, cuando te vi tan alegre, llena de alegría, con tu cabello jugar en tu rostro…vi a mi hija y es por eso que ya no quise dejar de sentirte cerca de mí. Lo siento, existe una confusión y yo… yo… la soledad es mi mejor compañera…lo siento…

Fiorella salió corriendo para no volver jamás, el amor tiene muchas alegrías, así como también decepciones, también sacrificios cuando es necesario. La cabaña donde Fiorella fue feliz estaba a oscuras, ya no para ella…el reír de una jovencita alegre, enamorada de la vida, deseando encontrar al amor de su vida, ya no lo hermoso que era mirar por la ventana ni el ir y venir de los pastores con sus rebaños ni mucho menos la alegre música que se escuchaba salir de las quenas y charangos que tocan los pastores cada mañana y la música melancólica cada retorno en las noches…

-       Perdón amigo, entré para ver si necesita algo…

-       No Venancio, no, muchas gracias, estoy bien…gracias.

-       No la olvidará patroncito, siempre estará con usted…ella encontrará la felicidad y usted vivirá siempre con esa mentira de no amarla.

-       Era necesario Venancio. Era necesario, ella tiene un mundo por delante. Es noche de fogata ¿verdad?...Vamos, vamos a reiniciar nuestras vidas mi querido Venancio…

Rodolfo Mendoza



https://youtu.be/86FCW0GRRcc?si=5S9s6otnWrxiP2yB
  40 y 20 por Josè Josè

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