Por : César Hildebrandt
El señor Martín Vizcarra puede ser nuestro próximo presidente. No lo será por elección popular sino por descarte, pero eso no le resta méritos. Al fin y al cabo, él no tiene la culpa de que el presidente Kuczynski haya despilfarrado el capital político con el que arrancó.
Pues bien, sería bueno que el señor Vizcarra tuviera en cuenta algunos asuntos:
1) Un cogobierno con el fujimorismo sería visto como una traición. Todos creerían que Vizcarra y la exprimera dama de la corrupción tramaron la vacancia conectando el Paseo Colón con Ottawa.
2) Es necesario reactivar la economía. Pero eso no puede significar perdonar a los delincuentes que participaron en la trama de Odebrecht, como quiere hacer PPK (ver columna de Pedro Francke en esta edición).
3) Habrá que reformular el gabinete optando por una tregua con las fuerzas políticas ajenas al legado de Alberto Fujimori. Ese gabinete debería representar a las bancadas actuantes hoy y a partidos expectantes, víctimas de la marginación, como el de Guzmán. Y debería ser una mezcla sinérgica de operadores políticos y técnicos de verdad. Los ilustres independientes, que son lo mejor del país probablemente, no debieran ser desdeñados.
4) Mucho cuidado con Mercedes Aráoz. Usted sabe por qué.
5) Romper con la “mancha blanca”, el lobismo insaciable, las amistades peligrosas y los negociados como el que se empieza a hacer con los Panamericanos. Su gobierno tendrá que ser una sabia transacción de la continuidad y la ruptura.
6) No confiar en Kenji Fujimori y sus sueños de patriarca reencarnado. Que esté recogiendo las sobras de su hermana no significa que sea un aliado digno de tenerse en cuenta.
7) El gobierno, librado de PPK, tiene que tener rumbo y metas. La principal de estas metas podría ser la de llegar al 2021, fecha tan simbólica, con instituciones saneadas y consolidadas, con un Estado en forma y una sociedad regida por la ley. Para eso se necesita una poderosa campaña contra la corrupción. Y el primer paso de esa campaña deberá ser fumigar el Poder Judicial. Sí: hablo de una reorganización cabal que nos libre de este chancro. ¿Independencia de poderes? ¡Pamplinas! El poder de la gente demanda que nos libremos del Poder Judicial que nos enmierda. Que los doctores y los constitucionalistas digan cómo se hace esto.
8) El nuevo gobierno debería acercarse al centro y dejar de ser los servicios higiénicos de la CONFIEP y los poderes del billetón. La derecha está feliz con eso pero ignora que así está incubando un rencor social que podría desencadenar, a la larga, la segunda “guerra interna” cebada en la ira popular. Usted, que ha sido gobernador provinciano, sabe de lo que hablo.
9) Habrá que dialogar con la gente, con sus representantes gremiales, con sus portavoces regionales. No se trata de encerrarse en Palacio y decir que los agitadores quieren hacer de las suyas. Hay conflictos en marcha que son perfectamente negociables y que no incidirían demasiado en el tamaño del presupuesto nacional.
10) Pero el Perú también quiere autoridad. Y desde esa perspectiva debería ser pasible de inmediata causa penal la interrupción de las redes viales y el ataque salvaje a quienes quieren hacer uso del derecho al libre tránsito.
11) Se ha avanzado algo con la Policía pero es importante continuar la campaña de limpieza. No podemos seguir viendo a uniformados agentes del orden como jefes de pandillas, mandantes de sicarios, socios de traficantes de tierra.
12) Es imperativo darle prerrogativas adicionales a la Contraloría para que ejerza vigilancia previa sobre el gasto público cuando esté por encima de los cien millones de soles.
Tal para cuales
13) Sería vital ayudar a la agricultura de consumo interno y a la industria que se comprometa con la sostenibilidad y el avance tecnológico. Hablo, en general, de la famosa diversificación productiva, que la derecha descalifica sin saber de qué se trata y sin pensar en el futuro del país.
14) Cuidado con retroceder en el asunto de las universidades-antros que pretenden ahora, con la “nueva” SUNEDU, obtener licencias que no se merecen.
15) No se deje avasallar por los periodicazos de los Miró Quesada y por los canalazos de la misma familia. Usted es un hombre de clase media que va a llegar al poder porque su presidente defeccionó. Usted no le debe nada ni a la izquierda ni a la derecha. Haga el gobierno moderado que le salga de los forros. Moderado y limpio. Moderado y honesto.
16) No se junte con la barra brava de los caviares. Su voluntarismo confuso lleva a la antiminería fanática, al relativismo de los valores, al feminismo de caricatura (cuando no al usufructo de fondos extranjeros que a veces son difíciles de controlar).
17) Ojalá que no se le ocurra abandonar el sistema jurídico internacional representado por la Corte de San José. Ese es el sueño de los Colina y de su patrón. Si la Corte Interamericana de Derechos Humanos revoca el indulto concedido por PPK, pues habrá que acatarlo. Y si eso significa que el señor Fujimori regrese a la cárcel, pues que regrese.
18) ¿Recuerda “El padrino” señor Vizcarra? ¿Recuerda cuando Corleone padre le dice a su hijo: “quien quiera llevarte a la reunión, ese es el traidor”? Pues tenga en cuenta esa escena cuando le propongan una cita con madame Keiko. Se la va a plantear algún columnista de “El Comercio”
Fuente: “HILDEBRANDT EN SUS TRECE” N° 387, 09/03/2018
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