lunes, 27 de junio de 2022

DOS POEMAS DE ISAAC GOLDEMBERG

 Isaac Goldemberg – XVI CMLP


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DOS POEMAS DE ISAAC GOLDEMBERG

UMBILICUS MUNDI
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JERUSALÉN

De los sitios que conozco, ninguno concentra, como Jerusalén,
tanto tiempo en tan poco espacio. La historia, allí, en vez de expandirse,
se comprime. No busca nuevos escenarios sino los viejos ámbitos de siempre.
SANTIAGO KOVADLOFF

La ruta de la noche de los seres que llegan,
la ruta del día de los seres idos,
el pasado borra.
Odio para el enemigo enemigo,
para el enemigo amigo,
los silencios del pasado y los del futuro,
nada se separa y nada se mezcla.
Los esclavos de la pluma entre el sollozo del perro,
las bienvenidas del aire,
los esclavos al descubierto en pleno desierto,
la sombra de la oscuridad o la vida,
en los ojos del lobo.
Héroes desconocidos de hazañas inútiles,
nada se llevan,
hombres que ruidosamente se quedan
en nuestros otros nosotros,
rota la cadena de aire y fuego,
el pasado todo lo borra.

En la desidia de anquilosar el imperio,
en las ciudades atestadas,
en las ausencias dulces,
un breve hilo nos sostuvo.
Abundaron saqueos de casas y palacios.
Faltó la paz.
De dos o tres letras o sólo de la Alef
pensamos al imperio en su destrucción.

 

CUSCO

Caminé frente al muro, piedra tras piedra…Toqué
las piedras con mis manos; seguí la línea ondulante, imprevisible,
como la de los ríos, en que se juntan los bloques de roca … en el silencio,
el muro parecía vivo, sobre la palma de mis manos llameaba la juntura
de las piedras que había tocado.
JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

Trepanadores de cráneos en el espacio.
De hombres que hacían la paz y devolvían los reinos
y vivían rezando y suplicando,
los pies cerrados, cerrados los cerebros,
de hombres que no tenían los labios cerrados,
nos parecía alentador su silencio.
El olvido recobra sus huecos de placer,
carecemos de la voluntad de soñar
y callamos en el espacio privado.
Conservamos el fuego apagado,
hemos rechazado preservar el imperio,
sus cuerpos y sus ahogos.
Hemos rechazado el espíritu de los que no sueñan.
El imperio se sosiega
en el paso de pocos segundos.

Mentes cabizbajas para la escritura de la historia,
ese sol brillante,
preservar el imperio,
más cerca del impermeable tiempo,
y más cerca del agua.
Viejos de pie con sus máscaras sombreadas,
quitaban al dios,
desde la lúcia inteligencia,
donde permaneciera la brevedad podrida de la tierra,
y una muchedumbre de pequeños descensos,
buscaba traducir la ley del imperio.


PUBLICADA EN EL N 346 DE LA GACETA LEONCIOPRADINA DIRIGIDA POR ENRIQUE WONG


CON iSAAC EN SU VISTA A LIMA

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